ANTES DE LA REINA.

CAPITULO 1 LA REINA DE LO SOBRE NATURAL

El nacimiento de las hijas de Esmeralda y Brent era lo más importante para ellos a pesar de solo contar con dos años de casados. Esmeralda Dankworth nació hace unos 50 años atrás en Londres, Inglaterra. Ella es descendiente de la mejor familia de brujas y magos; el linaje Dankworth ha existido desde antes del descubrimiento de el nuevo continente el cual hoy en día todos conocen como América.

La madre de Esmeralda, Isabel, es la reina del mundo sobrenatural, ya sea hombres lobo, brujas, doppelgänger, hadas, dragones, duendes, banshees, etc. Isabel es la reina de todo aquello que los humanos creen que no existe y ha tenido este rol desde hace aproximadamente 100 años, ya que aún no ha nacido un nuevo gobernante digno de la corona.

Esmeralda Dankworth es una de las mujeres más bellas, sus ojos verde esmeralda la hacen distinguirse de cualquiera, su piel blanco pálida y su cabello dorado como el oro puro. Ella siempre ha sido muy inteligente gracias al don que le ofreció su padrino al nacer.

Las brujas tienen el poder de darle los dones que ellos quisieran a algún niño recién nacido con la finalidad de que pudieran facilitar su vida al crecer. Esmeralda a pesar de su inteligencia, no era la hija favorita ya que desobedecía a su madre y hacía lo que ella quisiera. Ella tiene dos hermanos, Marcus y Mark, los cuales comparten una característica, ambos son de estatura alta. Marcus tiene el cabello rubio y Mark tiene su cabello castaño, los ojos de ambos son color miel y son gemelos; tienen 19 años y Esmeralda tiene 17. El padre de ellos fue asesinado por traición hacia la corona meses antes de que Esmeralda naciera, algo muy parecido sucedió con el padre de su madre solo que este asesinó a su esposa la cual era la madre de la reina; madre e hijos crecieron sin un padre, este es el motivo por el cual llevan un solo apellido Dankworth.

Inglaterra año 1484.

Me llamo Esmeralda y soy hija de la gran reina sobre natural; un día salí a caminar por las bellas calles de Londres, observaba detalladamente todo a mí alrededor, los hermosos carruajes donde normalmente andaban las personas de la clase alta, los niños jugando, los hermosos vestidos de las doncellas, al parecer todo es hermoso aquí, el lugar perfecto para tener una gran familia. Rara vez salía de la gran residencia Dankwoorth. Esa tarde mientras caminaba hacia el parque central de la ciudad pude observar a lo lejos a un apuesto joven no muy alto de cabello negro y ojos café oscuros, lo contemple unos segundos más y luego continúe caminando.

Después de un rato camine hasta el parque que se encontraba cerca, al llegar me senté y empecé a contemplar a mi alrededor hasta que me di cuenta de que el joven al que había visto antes pasaba justo enfrente de donde yo estaba sentada, pude notar cómo el joven se sentaba dos bancas después de donde yo estaba. Con cada segundo que pasaba se hacía más tarde así que tuve que levantarme e irme, pero antes de eso voltee a ver al joven él cual también volteó a verme y me sonrió, empecé a caminar en dirección hacia la salida de la ciudad ya que mi hogar se encontraba a solo unos minutos antes de llegar a la civilización, camine por unos minutos hasta que llegue a casa.

Seguí frecuentando ese parque, aunque a veces tuviera que escaparme de mi casa pero no me importaba con tal de volver a ver a ese joven, que de igual manera iba a ese mismo parque todas las tardes, al parecer él ya sabía a qué hora iba, ya que siempre llegaba minutos después que yo; un día llegue decidida hablarle y me senté al lado de él.

- Hola – dije mientras me sentaba a un lado de él.

- ¡Hola! – contesto algo sorprendido.

- Hace días que veo que vienes a este parque y... - hago una pausa y le sonrió.

- Y... ¿qué? – dijo con una gran sonrisa en su rostro.

- disculpa no me he presentado soy Esmeralda Dankworth – extendí mi mano para saludarlo.