CAPITULO 4 EL NACIMIENTO DEL PRIMER CAOS.

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Habían pasado casi nueve meses, mi pancita había crecido era hermoso a pesar de mi corta edad, me gustaba poder sentir a mis dos bebes dentro de mí. En el tiempo transcurrido pude seguir estudiando sobre la magia, también me hice muy amiga de Esther y Alice las dos chicas que me estaban ayudando con mi embarazo, al parecer ellas también son muy buenas con la magia, su familia no es muy reconocida pero son muy buenos brujos.

John siguió visitándome, hable con mi madre para que no hubiera problema en que el viniera a la casa, mi madre no se opuso y acepto mi petición, normalmente cada que me visitaba me traía un regalo, aunque yo le dijera que eso no era necesario que con solo su presencia era suficiente; nos hicimos muy buenos amigos y a mí me gustaba mucho pasar los días con él.

-Es hora de que bajes a desayunar Esmeralda – dijo Esther mientras entraba a mi habitación, yo me encontraba escribiendo en mi escritorio.

- Voy en seguida – dije poniéndome de pie.

- Te dije que debes descansar, no puedes pasar todo el día escribiendo – me dijo mientras me ayudaba a parame – debes de reposar ya falta poco para que esos dos pequeños nazcan y necesitan que su madre este fuerte.

- Lo sé y no sabes cuanto ansió por que ya nazcan y poder tenerlos entre mis brazos a los dos – sonreí mientras hablaba.

- Ya me imagino, con solo ver ese brillo en tus ojos se que los quieres demasiado – salimos las dos de la habitación y me ayudo a bajar las escaleras hasta que llegamos al comedor, ahí ya se encontraban mis hermanos, mi madre y Alice.

- Como amanecieron las tres personas a las que más quiero – dijo Mark mientras me ayudaba sentarme.

- De maravilla- sonreí – aunque ellos dos no paran en ningún momento – dije mientras tomaba un vaso de agua.

- Ya casi falta poco para que nazcan – dijo Alice mientras me serbia un poco de comida.

- Esos niños lo tendrán todo de eso me encargo yo – exclamo Marcus, yo lo mire y sonreí nuestra relación como hermanos cada vez mejoraba mas, una semana después de había discutido con el por lo de mi embarazo, él me pidió disculpas y me dijo que me apoyaría siempre que lo necesitara y hasta la fecha así había sido.

Cuando terminamos de comer, me levante y camine hasta el jardín, me gustaba estar ahí ya que era muy fresco y tranquilo, era agradable para despejar mi mente y poder pensar en mis bebes, en como serian, si se parecerían a su padre, a pesar del tiempo que paso no podía olvidarlo, no sabía nada de él o que es lo que había pasado, porque se fue, incluso en uno ocasión le pedí a mi madre que lo buscara y ella dijo que si el se había ido era por algo y que si realmente me amaba él regresaría pero para mi desgracia él nunca volvió y he intentado sobrevivir con eso.

-Tan pensativa como siempre – escuche a alguien que me hablaba y enseguida reconocí su voz.

- John! – Dije mientras volteaba a verlo – no te esperaba hoy – camine hasta él y le di un beso en la mejilla.

- Pues en si tenía que hablar con tu madre y de paso te vine a ver, a ti y a ver cómo están esos dos bebes – me sonrió y empezamos a caminar por el jardín mientras yo me sostenía de su brazo.

- ¿con mi madre? – Dije algo confundida – ¿Qué es lo que tenías que hablar con ella?

- Nada importante no te preocupes, solo eran cosas de lobos – continuamos caminando.

- ¿Porque nadie me dice nada? – lo mire y llegamos hasta una pequeña banca y nos sentamos.

- En serio, no es nada importante – me ayudo asentarme – tu tranquila, solo preocúpate porque tus bebes nazcan bien – dijo mientras me daba un beso en la frente.

- Esta bien, dejare de preocuparme por lo que sea que pase – sonreí y me a recosté en su hombro – ¿Por qué siempre vuelves aquí?

- No te gusta que te venga a ver – me dijo con sarcasmo

- No, no me refiero a eso, si no que después de lo de mi cumpleaños seguiste viniendo a verme y ni siquiera me conocías – dije sin quitar mi cabeza de su hombro.

-Ya veo a que te refieres – guardo silencio unos segundos y luego respondió – me pareciste una chica muy interesante y muy linda, después de enterarme que serias madre y de ver tu rostro cuando te dieron la notica, supuse que necesitarías a alguien a tu lado que te apoyara y que te hiciera sentir que a pesar de los problemas todo se podía ser posible y también volví porque desde aquella noche que tuvimos nuestro primer baile me pude dar cuenta que no eres como tu madre, si no todo lo contrario, eres la chica que todo hombre busca y no encuentra tan fácilmente.

- ¿Me quieres? ¿No es así? – dije separando me dé él y lo mire a los ojos – porque yo si te quiero.

- Si, te quiero y no solo como amiga – me miro y acaricio mi rostro – pero tu madre no estaría de acuerdo con eso – dijo apartándose de mí.

- No me importa lo que mi madre piense – dije mientras lo tomaba de la mano – no te vayas.

- debería de importarte no sabes lo que tu madre es capaz de hacer con tal de mantener a sus hijos lejos de todo el mundo – me miro – no iré a ningún lado – se acerco a mí y me abrazo – no te dejare sola.

- Creo que todos conocen a mi madre excepto yo – sonreí de lado y correspondí a su abrazo, así nos quedamos un rato hasta que empecé a sentir un leve dolor en mi vientre – creo que debo ir me a recostar no me siento muy bien- dije mientras me ponía de pie.

- Bien te acompaño hasta tu habitación- se puso de pie y empezamos a caminar hacia la casa pero empecé a sentir que el dolor aumentaba así que apreté un poco mi vientre – hey! ¿Qué pasa? – noto que casi no podía caminar así que me cargo entre sus brazos y me llevo hasta mi habitación.

- ¿qué le paso? – pregunto Esther, ya que se encontraba en mi habitación - acuesta en la cama y habla le a Alice.

- Solo empecé a sentir un leve dolor y luego aumento – le dije mientras seguía tocándome mi vientre y pude ver como John salía de la habitación en busca de Alice.

- tranquila todo estará bien – dijo mientras checaba mis dilataciones – tu fuente se rompió – dijo mientras Alice entraba a la habitación y preguntaba que, ¿qué había pasado? Y ya Esther le dijo lo que pasaba.

- ¿Los bebes ya vienen? – pregunte aun con el dolor.

- Si, ya vienen – dijo mientras preparaba todo para el parto, John entro a la habitación y vio como me quejaba del dolor – sal de aquí John – le dijo Alice – dile a su madre que el bebe ya viene – dijo por ultimo y lo saco de la habitación.

- Ya no aguanto más – me retorcí del dolor Esther me dijo como colocarme.

- necesito que pujes fuerte Esmeralda – me miro a los ojos – todo saldrá bien, yo solo asentí no podía responder ya que el dolor no me dejaba – bueno a la cuenta de tres pujas 1, 2, 3 – yo puje todo lo que pude y grite a la vez ya que el dolor era inimaginable – muy bien, hazlo otra vez 1, 2, 3 – volví hacer lo mismo – perfecto ya viene solo un poco mas – me dijo y yo solo obedecí, Alice estaba al lado mío y m sujetaba la mano – eso estuvo bien – dijo Esther y vi como cargaba a mi bebe – es un niño – sonrió – toma Alice hazte cargo de él – le dijo – bien Esmeralda solo un poco mas falta uno – yo asentí y volví a pujar, grite aun mas ya no soportaba el dolor – solo un poco mas – me dijo y sentí como mi bebe salía de mi – lo hiciste muy bien Esme – me sonrió y limpio al otro bebe – es una niña – me dijo.

- quiero cargarlos – dije mientras recuperaba mis fuerzas, Esther y Alice me dieron a mis dos bebes y por primera vez los tuve entre mis brazos.

- son hermosos – dijo Alice – ¿qué nombre les pondrás? – pregunto ansiosa.

- Él es Tristan y ella es Kiara – dije mientras veía a mis bebes.

- Tristán y Kiara Donkworth – recalco Esther – serán los niños más afortunados del mundo al tenerte.

- Eso espero – dije y bese sus pequeñas cabecitas. 

ANTES DE LA REINA.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora