PARK JIMIN.
- ¿Qué cosa eres?
"Por favor, deténgase, ya no puedo más"
- Lo repetiré otra vez ¿Qué cosa eres?
- No lo sé. -apenas me salía la voz.
Mi mandíbula se apretó con cada fierro que enterraban en mi estómago y pecho ¿Cómo es posible que no esté muerto con todo lo que me han hecho?
- Si te sigues negando a decirnos, es peor para ti.
- ¡Ya les he dicho que no lo sé! Por favor, ya no puedo con esto -ya las lágrimas no se retenían.
Sólo recibí una sonrisa de su parte, mientras otro de esos enormes fierros entraba por mi estómago.
- Recuperarás tus fuerzas después de comer. -esa sonrisa otra vez.
- No, por favor ¡Esto es una locura! ¡No pueden seguir haciendo esto! -Tiré de las cadenas con la esperanza de que estas se rompieran.
- Claro que podemos.
Hizo un movimiento con su cabeza, y el otro sujeto que estaba ahí abrió la puerta, empujaron a tres hombres, uno de ellos, era un niño, no pasaba más de 8 años, los tres estaban sangrando por todos lados, como si los hubieran cortado antes de entrar aquí.
- Provecho. -rió y se fue con el otro tipo, cerrando la puerta, dejando a tres personas inocentes que no tenían idea de lo que les iba a pasar.
- ¡No! ¡No hagan esto! -grité fuerte mientras lloraba y seguía tirando de las cadenas- ¡Por favor!
Mi cuerpo quemaba, sentía que mis huesos se estaban rompiendo, la sangre que desprendía del cuerpo de ellos era cada vez más intenso su olor, cerré los ojos y como siempre pasa, se volvió todo negro.
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Estaba en un rincón llorando, viendo lo que había hecho nuevamente, en mi cabeza retumbaba los gritos de esos hombres, sobre todo el de ese pequeño niño, ya no quería seguir con esto, no quería seguir siendo esa cosa.
- Ya que estás alimentado y tus heridas se curaron por completo, seguiremos con la entrevista. -Me tomó las manos para colocar las cadenas alrededor de mis muñecas, como habían acostumbrado a hacer.
- Ya les dije que no sé que soy ¡¿Qué más quieren de mi?! -lo miré directamente a los ojos.
- Sabemos que si lo sabes, por alguna razón no lo quieres decir, por eso -tenía un cuchillo en la mano- Con cada respuesta incorrecta que me des, te haré gritar de dolor. ¿Qué cosa eres?
-¡No lo sé! -Grité mientras lloraba- ¡De verdad que no sé!
- Error.
Enterró el cuchillo de golpe en mi estómago, moviéndolo bruscamente, grité tan fuerte que sentía que mi garganta se iba a desgarrar.
- ¿Qué cosa eres? -sacó el cuchillo y lo posicionó en otro lado.
- Por favor. -La voz apenas me salía, y mi llanto no ayudaba mucho.
- Error.
Lo clavó en mi muslo derecho, pero esta vez tiró hacia abajo, desgarrando carne y piel, un grito desgarrador salió por mi garganta.
- Lo volveré a preguntar ¿Qué cosa eres?
- No lo sé -dije entre sollozos.
- Dije que sería peor si te negabas. -clavó repetidas veces el cuchillo en mi estómago.
Sentí un sabor metálico entre mis labios, y le escupí en la cara.
- Tráiganlo. -ordenó- Veremos si cambias de opinión.
¿A quién iban a traer? Giré mi cabeza la puerta y lo vi, cubierto de sangre.
- Y-Yoongi. -mi respiración se aceleró-. No, por favor ¡Él no! ¡Él no por favor! -tiré fuerte de las cadenas, al punto que creía que mis muñecas se iban a romper.
- ¡Dinos que cosa eres! -tomó del cabello a Yoongi.
- ¡No lo sé, ya se lo he dicho! ¡NO LO SÉ! ¡Suéltenlo! -suplicaba entre gritos y llanto.
No dijeron nada, sólo lanzaron a Yoongi al suelo y se fueron, intenté soltarme, pero era imposible, él estaba cubierto de sangre, y ese aroma se sentía cada vez más fuerte, cerré los ojos, no quería hacer con él lo que había echo con las demás personas que tiraban aquí dentro.
- Jimin, mírame. -habló.
Negué con la cabeza, aún teniendo los ojos cerrados, no quería verlo así.
- ¡Mírame! -me gritó y abrí mis ojos- Eso es. -me dedicó una débil sonrisa- No tengas miedo, sé que es algo que no puedes controlar.
-No quiero lastimarlo -contesté.
Mi cuerpo comenzó a arder, y mis huesos a doler, apreté la mandíbula fuerte, pareciera que mis dientes iban a romperse, mis heridas comenzaron a cerrarse rápidamente, estaba cambiando, y ese iba a ser el fin para él.