Esqueletbros.

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Al entrar a la cabaña de los hermanos me sorprendí de lo acogedora que era.

Tenia dos pisos; en la planta superior habían 2 habitaciones en lo alto de unas escaleras, y justo delante mio se encontraba una cocina pequeña y al lado de la entrada estaba un sofa verde delante de un televisor.

-Bienvenida a nuestro hogar niña- Dijo Sans sonriendo con calma y alzó la voz -¡Estamos aquí Paps!-

-¡Bajó de inmediato!- Gritó Papyrus desde alguna de las habitaciones.

-Vaya que es un lugar agradable- Contesté sonriente.

Finalmente la adrenalina de la pelea anterior y la pequeña fuerza otorgada por mi punto de guardado dejaba de hacer efecto, causando que el dolor se apoderara de mi cuerpo gradualmente y tuve que recargarme contra el marco de la puerta.

-¡Frisk!- Exclamó Flowey alterado por mi estado y tras bajarse de un salto de mi hombro miró a Sans con molestia -¿Qué estas esperando?¿No la estas viendo?-

Sans solo se tomó un momento para comprender, antes de acercarse a mi y ayudarme a caminar hacía el sofá, donde acomodó unos almohadones y me recostó con delicadeza.

-¡Paps! ¡Necesito tu ayuda rápido!- Gritó Sans preocupado.

Inmediatamente escuché pasos que bajaban a toda prisa y vi a Papyrus arrodillarse junto a mi en el sofá.

-De verdad perdóname humana, en serio lo siento- Dijo Papyrus con arrepentimiento

-N...no te preocupes Papyrus...estoy bien solo debo descansar y...- El dolor se agudizaba cada segundo que pasaba y no pude evitar una mueca de dolor.

-Descuida humana, mi magia te ayudará- Dijo y se quitó sus guantes rojos, exponiendo unas delgadas manos huesudas, de las cuales comenzó a destellar una tenue luz carmesí.

Acercó sus manos a mi cuerpo y comenzó a moverlas por todo mi ser sin tocarme.

Poco a poco sentí una sensación de relajación bastante extraña y agradable que se extendió por todo mi cuerpo, cerré los ojos dejándome llevar; no sentía ni mis heridas ni las flores que me molestaban, no había nada mas que calma.

Unos minutos después esa sensación me abandonó lentamente, pero para mis sorpresa el cuerpo ya casi no me dolía, y al abrir los ojos vi que Papyrus se había alejado de mi lado.

-Tus heridas son varias pero afortunadamente no son tan graves, estarás como nueva en un par de días, Nye je je- Dijo riendo con alivio pero al instante me miró cabizbajo -Pero hay algo...pude sentir algo extraño en ti, pero por mas que concentré mi magia no pude curarlo, no se que es pero simplemente no pude. Lo lamento-

Sentí a Flowey, quien estaba junto a mi en el sofá, tensarse al instante, comprendiendo a que se refería, pero antes de que dijera cualquier cosa le sonreí para calmarlo.

-No te preocupes Papyrus, es...algo normal de los humanos...ya sabes, nuestros cuerpos funcionan muy diferente- Contesté volviéndome a Papyrus y restándole importancia.

Tenía deseos de contarle pero sabía que él no era consciente de mis reinicios, no me entendería por mas que le explicara así que no quise preocuparlo por algo que no terminaría de comprender.

-Ya veo, pero no te preocupes, te ayudaré a que te recuperes, quizás yo como monstruo pueda hacer algo para mejorar tu condición humana- Contestó con entusiasmo e hiso una pose dramática

*Tristemente es algo que no se puede cambiar* Pensé mientras asentía con la cabeza, sin decir más.

-¿Porque no la dejamos descansar un poco?- Comentó Sans encogiéndose de hombros y se dirigió a mi -Puedo prestarte mi habitación para que estés más cómoda-

Never Surrender | Flowerfell [FINALIZADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora