Día 1

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Hallelujah sonando en sus audifonos. Una noche fría y una larga caminata.

-Lo siento - se disculpo al chocar con alguna chica mientras caminaba con la cabeza fija en el suelo.

Una pequeña sonrisa en señal de que no importaba. Un enredo de audífonos que no los dejó continuar.

-Lo siento - volvió a repetir esta vez sonriendo para encontrarse con unos ojos oscuros que lo hicieron perderse en ellos por un momento.

Ella sonrió, y algo pareció cambiar en su interior.

-¿Hallelujah? - pregunto ella sonriente al reconocer la melodiosa canción.

-¿Tú también? - contra pregunto él sonriendo, quitando su gorra.

Por un segundo, la chica pareció caer en un trance al reconocer al tipo con el que había chocado.

-¿Bongiovi? - lo miró sorprendida.

Nervioso, Jon paso su mano por su cabello - el mismo - mostró esa tan característica sonrisa suya, y que a la chica derritió por completo.

La chica de oscuros ojos volvió a sonreír. Segunda sonrisa, segunda vez que el músico sintió cambiar algo en su interior.

Sin decir nada, sólo se observaron.

-Creo que... ahora si puedes continuar - interrumpió el silencio la chica, desenredando sus audífonos.

-Yo... ems... iba para el mismo lado - se apresuro en decir el rubio - podría...

Ella volteó sonriente, y con unos ojos que parecían brillar en la noche, a pesar de ser tan oscuros como una noche sin luna. Aceptó.

-Claro. ¿Qué puede suceder en una caminata con un desconocido? - dijo divertida para seguir su camino.

Algo hipnotizado, Jon se quedó estático durante algunos segundos, viendo como ella ya iba algunos metros más allá.

-¿me acompañaras o te quedarás ahí? - gritó viendo al rubio.

Jon sonrió y trotando, la alcanzo.

-¿Qué hacías caminando tan tarde por aquí? - preguntó una vez a su lado.

- Lo mismo que tú, creo - lo miró. Jon la miró sin entender demasiado - un corazón roto, una noche fría...

-un encuentro - la interrumpió.

Catalina mordió su labio. -un encuentro - repitió sonriente.

-Jon Bongiovi - estiró su mano.

-Catalina Henderson - respondió la joven aceptando la mano estirada.

Los azules ojos de él, se encontraron con los oscuros de ella. Y una corriente eléctrica los recorrió desde los pies hasta la cabeza.

Unas gotas cayendo los saco del trance.

-Lluvia - sonrió la chica mirando hacia el cielo.

-¿qué tiene? - la vio divertido.

-Lo que faltaba para que un encuentro ordinario se transformara en algo mágico - respondió divertida mientras sonreía. - ha sido un placer, Bongiovi - lo miró mientras la lluvia los comenzaba a empapar.

-¿ya te vas?

-¿tú no?

- sólo es lluvia

Catalina abrió su boca levemente, viéndolo fijo. Finalmente mordió su labio y sonrió.

-¿quieres seguir caminando? - preguntó viéndolo.

Jon sonrió -Claro, que puede suceder en una caminata con una desconocida - imito su respuesta, causando que ambos rieran. 

[...]

Y eran ellos, solo ellos. Intercambiando palabras, sonrisas y miradas, mientras la noche era la tercera compañía, la luna su guardaespaldas y la lluvia pasaba a segundo plano.

-Y eso, estudie psicología, me vine a EE.UU por un amigo de la familia, y bueno-lo miró - también para "formar" una familia con mi novio de años pero una linda estadounidense llegó a nuestras vidas - hablaba la morena mientras hacia equilibrio por una banca. - una rubia y linda estadounidense llegó a su vida... la nueva amiga que creí haber hecho, se convirtió en la nueva novia de mi novio - avanzó haciendo equilibrio mientras la lluvia seguía empapandolos.

-Es un idio... -

 Catalina perdía el control. Jon se convertía en el superheroe.

Sus manos firmes en su cadera. Sus oscuros ojos fijos en los de él.

 -Es un idiota - dijo el músico, aun afirmando a la chica. Bajando su mirada a los labios de ella por un segundo.

Sintiendo su corazón acelerarse rápidamente, Catalina no supo que decir. Sólo lo vio fijo, intentando no demostrar nerviosismo, intentando que sus ojos no bajaran a los labios de Bongiovi, tal como lo hacía él con sus labios. 

Con timidez, Jon rozó lentamente la mejilla de ella para quitar un desordenado mechón de cabello que se había posado entre sus labios.

-yo no te hubiera dejado escapar por una estadounidense -habló el rubio a sólo centímetros de ella.

-ni yo te hubiera dado el divorcio por un español - respondió mordiendo su labio nerviosa, y bajando su mirada una milésima de segundo.

Jon sonrió, y esperando la aprobación de la chica comenzó a acercarse lentamente a ella. Apenas rozo sus labios, ella debía decidir. Sin embargo, tanto ella como él, ya habían decidido desde que estrecharon sus manos. Acercándose los últimos, pequeños, centímetros, Catalina se acerco a los labios del músico. Y mientras aquella fría noche era testigo, la lluvia los empapaba por completo, y la luna comenzaba a sonrojarse, ambos se besaron.

Sus manos rondando el cuello de él, su agarre siendo más firme a la cadera de la chica. Es un beso tierno, apenas un rose, movimientos lentos, una suavidad liviana que nunca antes ninguno había experimentado, pero que gustaba, que los hacía creer que todo era nuevo. Se separan cuando el oxigeno en sus pulmones se hace necesario, pero aun así siguen saboreando el sabor de los labios del otro.

Catalina sonríe al ver con la fascinación que el rubio la mira.

-Creo que es hora de volver a casa - susurra con sus ojos cerrados.

-Ya lo creo... - responde él. Queriendo irse con ella, aun sabiendo que, quizás, no era lo correcto.

La morena exhalo el aire que estaba, sin darse cuenta, reteniendo.

- Puedes quedarte en casa... En el sofá - lo miró divertida - creo que tengo algo de ropa para ti para que no enfermes

Jon sonrió -me encantaría ... - la miró de forma abrazadora.

Ella sonrió, él la apego a su cuerpo envolviéndola en un fuerte abrazo.

 Nunca la lluvia les había importado tan poco como en aquel momento. No sabían qué ni cómo estaba sucediendo aquello, eran os extraños en una fría noche, sin embargo estaban agradeciendo aquel encuentro, agradeciendo a aquel "extraño" que se sentía tan bien.

HallelujahDonde viven las historias. Descúbrelo ahora