Capítulo 1 | De un barco volador

67 4 0
                                    

CAPITULO 1:

«A BORDO DE UN BARCO VOLADOR Y CONTRA UN BASILISCO.»

IAN BOYNTON.

Era un día a comienzo de verano cuando mi vida se convirtió en una locura. Recordaba perfectamente estar en la parada de autobús con Dennis Sutton; mi mejor amigo de la infancia mientras que me moría por llegar a casa y echarme a dormir en mi cama. Desde luego habría sido un buen plan vacacional.

Mi vida siempre había sido una rutina diaria, nunca había tenido quejas al respecto, no era la clase de chico que buscaba una aventura, ni tampoco el que se la pasaba fantaseando con conseguir el amor de su vida en el momento más inesperado. Pero así funcionaba el mundo, el destino había decidido echar a patadas mi comodidad y mi normalidad esa mañana de verano y fue así cómo el universo decidió ese mismo día jugar a mi costa conmigo cómo su conejillo de indias en una aventura tanto asombrosa cómo peligrosa.

Así que fue así, el comienzo de mi narración. El final absoluto del mundo cómo lo conocía. Adiós mi rutina, adiós la comodidad, adiós la perspectiva de todo mi mundo y hola nueva vida llena de locuras peligrosas y muerte asegurada.

Voy a empezar con mi primera vez.

La primera vez que casi muero en este verano.

Todo pasó tan rápido cómo inesperado, un segundo estaba obligado a escuchar a Dennis hablar sobre sus libros y su pasión por la literatura y el arte, al siguiente estaba tambaleándome en la borda de un barco gigantesco llevándome el susto de mi vida.

Una jodida locura desde dónde lo veas.

Me aferré a la madera del barco mientras gritaba viendo con creciente pánico para abajo, estaba tan alto que cómo llegara a caer necesitarían una espátula para sacar mis restos de la calle. Y es que, a pesar de estar en un barco, cuya situación me parecía surreal, estaba volando a gran altura sobre una ciudad. Lo sé, cómo si estar a punto de morir de un momento a otro no fuera suficiente, iba a hacerlo cayéndome de un barco volador.

Quizá me habían drogado y nada de esto era real. Una alucinación cruel y bastante realista. Un sueño que se convertía en una pesadilla.

Pero justo ahora no estaba dispuesto a descubrirlo, me aferré con todas mis fuerzas al borde sintiendo el miedo y el pánico calar mis huesos. Yo nunca había tenido pánico a las alturas, pero era cierto que yo nunca había estado a punto de caerme desde un montón de metros en dirección a una autopista, así la cosa cambiaba totalmente. Había que sumarle también la confusión de aparecer de un momento a otro en un lugar por arte de magia.

Esto era una locura. Una de las grandes. De esas que solo ocurren en las películas y que no tienen sentido alguno.

—¡Ayuda por aquí!—gritó una chica sujetándome de las manos, no me tomé mucho tiempo para analizarla porque, cómo ya había dicho antes, colgaba a más de cien metros de altura desde la cubierta de un barco volador. Me sujeté a su brazo con fuerza mirando hacia abajo, lo cual no era una vista muy alentadora en vista de mi situación —. Mira colega, te recomiendo que no mires abajo si no quieres acabar sufriendo un ataque de pánico.

Bastante tarde para eso.

—Los gemelos raros, ¿pueden hacer algo útil y ayudarme un poco?—volvió a gritar—. Tengo a un chico guapo colgando de mi barco.

—¡Eh! ¿qué tal? Mi nombre es Thomas Von Meyer, tengo veinte años. ¿Te gusta la adrenalina, eh, chaval? Mi hermano gemelo y yo aparecimos por arte de magia en el baño de abajo, ya te digo, fue asqueroso caer de cara en el retrete…—

IAN BOYNTONDonde viven las historias. Descúbrelo ahora