IAN BOYNTON

Capitulo 6 | Lucha por tu vida

CAPITULO 6:

«ENTRENAMIENTO Y LUCHA POR TU VIDA.»

IAN BOYNTON:

—Separa las piernas Ian—se quejó Stela mirándome a los ojos con cierta irritación que me hizo sentir satisfecho. Ella estaba sudando por el esfuerzo y tenía que admitir que no se la estaba poniendo para nada fácil—. ¡Ian basta de hacer el tonto y separa las piernas de una vez!

—Cualquiera diría que me estás haciendo una propuesta indecente lunática —bufé antes de separar las piernas y agarrar bien la espada con mi mano derecha —. ¿Qué quieres que haga ahora?

Llevábamos toda la mañana practicando. Thomas y Jay lo hacían encantados, Loukas y Trudy lo hacían más por obligación que por otra cosa, pero se esforzaban al máximo. En cambio yo, bueno yo estaba desganado e irritado por tener que levantarme temprano.

Mi esfuerzo se resumía a nada, sobretodo cuando Stela me daba ordenes. Cuando descubrí que no tenía paciencia algo dentro de mí se activó como una alarma, verla irritada y fastidiada me hacía sentir satisfecho, eran las mismas emociones que ella me producía todo el tiempo así que decidí sacar provecho de la oportunidad que se me estaba dando. Un tipo de venganza por todos los problemas que me había hecho pasar, y por los que vendrían. Porque estaba bastante seguro de que esa chica era el inicio de todos mis problemas y complicaciones.

—Intenta darme con la espada. Algo así cómo si quisieras cortar mi cabeza—ordenó posicionándose frente a mí.

—¿Ahora quieres que te mate?—me burlé con la ceja alzada—. Yo encantado, pero no sé que dirán los demás sobre recurrir al asesinato. En nuestro mundo no está bien visto ¿sabes?

—Tendrías suerte si me haces un rasguño—miró tras de ella, donde Thomas y Jay estaban teniendo una pelea impresionante—¡Muy bien chicos! ¡Esa es la actitud! ¡Me alegra vuestro entusiasmo!

—¡Y esto es por haberte comido mi reserva de chocolate Tom–Tom!—gritó Jay intentando darle una estocada a Thomas en el hombro izquierdo, afortunadamente el otro gemelo la esquivó sin ningún tipo de inconveniente —. ¡Y esta por haberte robado a mi novia un día antes del baile escolarar!

—¡Creí que ya lo habíamos hablado! ¡Supera eso Jay-Jay! ¡Tenías tres más!

—¡Era mi favorita imbécil!—chilló Jay lanzándose sobre Thomas.

Fruncí el ceño, estaba seguro de que eso no era parte del entrenamiento.

—Vale—dije obteniendo nuevamente la atención de la lunática, que se había distraído con la pelea de los hermanos Von Meyer—. ¿No sería mejor que usaras la espada?

—Te mataría Ian. O te vencería, soy muy buena en todo lo que hago.

—Tan humilde como siempre—dije con ironía.

—No tendrías oportunidad contra mí. Fui la mejor en mis clases. Soy muy buena con la espada.

—Ah vaya, no conocía ese lado tuyo. Lunática y egocéntrica, el combo completo—bufé mirándola con una ceja alzada. Ella arrugó su nariz haciendo una mueca antes de darme un golpe en el torso con su dedo índice.

—Hagamos esto. Intenta darme con la espada, si me tocas entonces tendremos un duelo.

Yo no era un tipo competitivo, mi personalidad se asimilaba más bien a pasar de todo sin ningún tipo de interés. Pero no iba a mentir, me moría por ganarle a la lunática y dejar en claro que yo podía ser mil veces mejor que ella en cualquier cosa que se le ocurriera. Por otra parte tampoco quería herirla, me había criado con una hermana mayor, la primera lección de mi vida se basaba en la típica y épica frase «No se toca a una mujer ni con el pétalo de una rosa», en otras palabras; mi moral no me dejaba.