Capítulo 15

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El hospital en aquel momento estaba en silencio, silencio total y absoluto.

Mas Geno escuchaba miles de voces en su cabeza. Dever estaba acostado a su lado, en un pequeño lado que sobraba de la camilla, estaba abrazado al cuerpo de su abuelo casi con miedo, como si supiera que el juego se estaba acabando.

Geno tomó su alma, la última y pequeña parte del alma que le quedaba y suspiró con dolor. Estaba más que rota, el pequeño pedazo estaba negro y trizado. La poca determinación que quedaba le mantenía con vida.

Con...

Con vida.

— Abue... ¿Te irás? ¿Verdad?

Geno guardó su alma con rapidez y miró los ojos de su pequeño nieto, quien estaba mirándole casi analizando sus mayores secretos.

— Sí, pequeño... Lo necesito.

Dever se abrazó más a él y sonrió, Geno jamás había entendido la actitud de aquel niño. A veces era tierna, a veces había que temerle. Todo era muy extraño.

Tras quince minutos de silencio, el niño volvió a hablar. Le habló de su día en el colegio, de que sus compañeros de clase a veces se burlaban de él por tener un ojo ciego, pero que a él no le molestaba, pues decía que así estaba a un paso de cumplir lo que quería cuando fuera grande.

Ser igual que él.

Geno lloró de emoción y besó la frente de su pequeño nieto, parecía estar sonriendo.

— A veces, Orion se enoja cuando me intentan golpear y se pone en medio. No sé si lo respetan porque el tío Goth es la muerte, o porque es un chico bueno y su hermano es Pastel. Es raro, porque me intento defender... Y por mucho que lo intente, no puedo dañar. No físicamente.

— ¿A qué te refieres, pequeño?

— Es más divertido dañarlos a base de palabras, las palabras pueden quedar eternamente, las golpizas, unos días.

Aquella frase se quedó en la mente de Geno toda la noche.

Toda hasta que finalmente, se durmió.

Game Over | Afterdeath | Fallo Laboral 3Donde viven las historias. Descúbrelo ahora