Jared Krum apenas había cumplido quince años un par de semanas antes de entrar al colegio, por lo que era de las chicas menores de su curso. Normalmente pasaba las tardes alejada del resto de las personas en el colegio, siempre había preferido pasar el tiempo sola acompañada de un buen libro, incluso muggle, a pesar de las continuas reprimendas de su padre. Su hermano era un premio anual, así que muy pocas veces tenía problemas por pasearse de noche por el castillo, claro a excepción que se topara de frente con cierto Slytherin que comenzaba a hacerle preguntas o peor, a invadir su espacio personal.
Zayn Dalton era hijo único de Johannah Dalton, una medimaga encargada del área de trauma de san Mungo, un chico demasiado engreído, consentido y que solía conseguir todo lo que se proponía, excepto una sola cosa: Jared. Sin embargo, en su mente, el pensamiento de "inalcanzable" estaba lejos de ser una realidad con la chica, solo necesitaba insistir. Conocía completamente la rutina de Jared, era de las primeras en salir de la torre de Ravenclaw, desayunaba en menos de treinta minutos e iba a alguno de los jardines a leer un poco antes de entrar a la primera clase. Pero, a Zayn no le importaba esa parte del día, a él le encantaba la parte en la que Jared rompía las reglas, la parte en la que no podía escapar.
Con una sonrisa santurrona miró el cabello cobrizo de la chica cuervo, ella estaba sentada en una de las fuentes, leyendo como cada noche. En silencio camino hasta quedar detrás de ella y puso sus manos sobre los ojos de la muchacha.
-si adivinas quien soy, tal vez me convenzas de darte un beso. –soltó en tono bajo.
-Dalton... -repuso ella con cierto nerviosismo. Es que si bien, Jared se mostraba nerviosa no solo era por su gran timidez y poca vida social, sino también, porque el Slytherin era bastante coqueto, demasiado para el gusto de ella. Sintió sus mejillas sonrojar, sin embargo, su única reacción prudente fue quitar las manos de él de sus ojos y levantarse, para encararlo, o al menos, tratar de hacerlo.
-vamos no huyas pequeña Krum... -sonrió él, con su ya acostumbrada sonrisa de lado. Después de al menos un par de años de insistencia y olvido de Zayn, Jared estaba algo fastidiada, pese a esto, no podía negar que él siempre le había parecido atractivo, aunque sus actitudes y sus idas y venidas le habían roto el corazón más de una vez.
-solo... déjame en paz Dalton. –replicó la Ravenclaw, mientras giraba en sus talones y comenzaba a caminar a paso veloz rumbo a su habitación. Zayn nunca había sido hombre de una sola chica.
-Jared... -insistió él, alcanzándola apenas unos segundos después, tirando de su muñeca. Las mejillas de la muchacha se sonrojaron aún más, sin embargo, no se giró, se quedó justamente así, dándole la espalda unos segundos. De la misma forma había comenzado todo hacía dos años, pero en la biblioteca. Ella se escondía de su hermano, mientras leía diario de una pasión, un libro muggle que le había regalado uno de los amigos de precisamente Frank, claro, eso era debido a que su padre había cortado su mesada por sus excesivas compras de novelas no mágicas. Zayn había salido de la nada y había comenzado a charlar con ella, por Merlín que se había puesto nerviosa, jamás hablaba con nadie que no perteneciera al círculo de su hermano y eso, únicamente porque su hermano insistía en que convivieran. De alguna extraña forma, aquella sonrisa orgullosa y de lado, esos ojos marrones con brillo arrogante la ponían nerviosa, más que de costumbre, peor cuando él decidió confesarle que gustaba de ella. Pero nunca progresó, siempre se quedó ahí. A las dos semanas Zayn salía con una bella leona de cabello negro, falda corta y lindos dientes.
-debo volver a la sala común. –respondió saliendo del recuerdo. El muchacho rodó los ojos, esa chica era demasiado testaruda, tiró de su muñeca, obligándola a girarse. Ella seguía sonrojada y seguramente era la parte que más le gustaba a él, verla sonrojarse cuando estaba con él, porque sabía que su simple presencia era el motivo.
ESTÁS LEYENDO
Prohibido Prohibir (EDITANDO Y RE-SUBIENDO)
FanfictionCada familia tiene su propia historia.... Rose Jean Malfoy es la pequeña consentida de papá, que ha prometido no enamorarse, al ver lo mucho que su padre había sufrido cuando su madre, la heroína del mundo mágico, murió al darla a luz. Sin embargo...