Capítulo 11- Cuaderno de sentimientos

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Yanet.

Bajo las escaleras para ir a preparar el chocolate caliente, por que en verdad está haciendo un frío intenso. Siempre me han gustado las temperaturas bajas, me gusta tener frío por alguna extraña razón. Ahora que lo pienso ¿ que hago con este vestido aún? Cuando suba me lo quitare.

Por lo que veo mamá no está aquí, eso me alivia, se que suena egoísta, pero tener a una mamá super protectora, mientras tienes a un chico hermoso que se trepo por la rejas no es una buena idea. Colocó el agua a calentar para que hierba, agregar las tablas de chocolate y luego subir a quitarme este irritante vestido.

Me siento en una de las sillas de la cocina mientras el chocolate hierbe. La vida da giros totalmente inesperados e impredecibles, aún no superó que todo esto ha pasado en cuestión de días y acontecimientos que nunca pensé que llegarían a cambiar. Nunca me imagine que tendría a Eduar en mi cuarto, mientras yo preparó un chocolate para ambos, nunca.

Interrumpo mis pensamientos cuando siento que alguien se aclara la garganta detrás de mi. Volteó a ver quién es.

Alya.

¿ que haces aquí en la cocina?- pregunta mientras se sienta a mi lado.

Hago chocolate caliente, está haciendo frío- colocó mi vista en la estufa.

Que raro- hace una pausa- ¿ y ese vestido, donde estabas?- su pregunta me pone los nervios de punta.

Eh... Te voy a decir pero sí me juras que no le dirás a mamá, acuérdate de todas esas veces que te he salvado el pellejo incubriendote cuando vienes tarde- le recuerdo, no es que la este amenazando, sólo es silencio por silencio.

Te lo juro- levanta su mano derecha, yo río.

Bien, estaba en el club nocturno Relámpago, con Ana- confieso un tanto nerviosa.

Me estas jodiendo, yo siempre he querido ir a ese bendito club y nunca puedo- sus ojos se abren sorprendida- ¿ como pudiste entrar? tienes diecisiete y yo dieciocho ¿ como diablos entraste?- me toma de los hombros y me ajita.

Auch! , no lo se, Ana se las arreglo para que me dejasen entrar, pregúntale a ella- le grito irritada por su ajitación - ¡deja de ajitarme!

Llegué a mi punto de explotar, sabía que había tardado mucho en empezar a joder. Ella me suelta de los hombros fingiendo impresión, yo la fulmigo con la mirada.

Ya no te altares, señorita explosión diezmil- su apodo me irrita aún más.

Pues no jodas, señorita irritante diezmil- le doi un apodo también.

Bueno, ya ¿ sabes que te amo con toda mi alma, verdad hermanita? -toma un mechon de mi largo cabello y empezó a jugar con el.

Directo al punto, por favor- sabía sus intenciones.

- Oky, dame el número de Ana porfa, porfa, hermanita de mi alma, porfi, porfi.

- No, consiguelo por tú cuenta, trata de ser amable una vez en tú vida.

Te odio- se levanta de la silla

Yo también te amo idiota- le grito mientras me levanto de la silla para servir el chocolate mientras ella salía de cocina.

Eduar.

Me levanto a explorar un poco su habitación, mientras escuchaba a Yanet pelear con su hermana, mire hacía su mesita de noche y me acerco a ella, abro la primera gaveta, dentro vi un pequeño cuaderno y unas fotos. Tomo una de las fotos en mis manos y la observe detallandola, era una foto de ella y su hermana en la playa, llevaba un traje de baño, no era uno de esos bikinis donde las chicas muestran hasta el alma, era uno decente que dejaba a la vista su vientre, no tiene que mostrar su cuerpo para verse sexy. Se veía tan sexy en bikini.

Mi Crush ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora