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—¡Te advertí que dejaras de seguirme! —le grita enojada Kate al chico que se encuentra tirado en el suelo mientras se agarra sus partes íntimas a causa del golpe que acaba de recibir de parte de ella.

En ese momento Kate, toma su bolso y se da la vuelta para irse de la tienda.

—Espera —se escucha a sus espaldas—. Todavía no me presenté —era el chico al cual había golpeado anteriormente que se estaba intentado incorporar.

Ella simplemente siguió su camino intentando ignorarlo. Cuando estaba por salir de la tienda fue detenida por alguien que la tomaba del brazo.

—¿Nunca te enseñaron que es de mala educación dejar una conversación a medias? —le pregunta el chico aún sosteniendo su brazo mientras ella intenta zafarse.

—Y a vos parece que  nunca te dijeron que es ilegal acosar a las personas —responde irónicamente Kate y logra zafarse de su agarre.

El chico ya resignado no vuelve a intentar  detenerla por lo que ella sigue su camino fuera de la tienda.

Una vez fuera del lugar comenzó a caminar rápido por miedo a que la siguiera.

«¿Quién se creé que es? Se hace el importante y encima actúa lo más normal del mundo como si fuera cosa de todos los días perseguir a alguien durante más de una cuadra.»

Al llegar a casa, deja el bolso sobre el sillón y se dirige a la cocina. Allí se encuentra con Allie, la ama de llaves de la casa, que la saluda amablemente y le pregunta que tal le fue durante sus compras. Kate le explica que al final no pudo comprar nada porque un chico la estaba acosando.

—Bueno, pero ya pasó. Ahora tengo que prepararme para está noche, supongo que voy a tener que usar algo de lo que ya tengo —le comenta Kate a la ama de llaves mientras sale de la cocina y después agrega—. Que nadie me moleste voy a estar muy ocupada.

Y tras decir esto sube las escaleras para ir a su habitación.

Una vez allí cierra la puerta y pone música. Cierra las cortinas de la habitación y comienza a desvestirse. Entra en el baño y abre la llave del agua mientras se termina de sacar todos sus accesorios.

Mientras se baña de fondo suena su canción favorita y la canta a todo pulmón usando el shampoo de microfono.
Cuando termina de bañarse, sale de la ducha y se coloca la bata de baño. Se envuelve el pelo en una toalla y sale del baño.

Al salir se encuentra con algo totalmente inesperado. Un chico de aproximadamente un metro ochenta, pelo corto pero con rulos y negro azabache, se encuentra de espaldas a ella observando unas fotografías en la pared.

Kate, asustada, toma lo primero que está a su alcance, que es un libro de historia, y se acerca lentamente a él. Pero antes de que este lo suficientemente cerca como para golpearlo este se da vuelta dando a conocer su identidad.

Era el mismo chico de la tienda, el que la había estado acosando esa tarde.

—Hola Kate.

Por el día el Romantico, Por la noche el Arrogante.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora