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En el jardín no había casi nadie debido a que estaba bastante fresco. Sólo había un grupo de hombres que Kate suponía que habían salido a fumar. Y aunque les gustaba estar alejados de toda esa gente y su bullicio, Kate estaba casi temblando.
—¿Tenes frío? —pregunta Luca.

—No, estoy en modo vibrador —responde sarcásticamente Kate y rueda los ojos.

Luca se da cuenta de lo tonta que fue su pregunta y se ríe.

—Debería haberme puesto un saco y podría hacerme el caballero prestandotelo —comenta él causando que ella sonría por su comentario. Al notar esto agrega—. Entonces agarraría y diría algo como “¿Tenes frío hermosa? Toma usa mi saco.” y lo dejaría caer sobre tus hombros.

Ella se ríe imaginando la situación que el chico estaba describiendo.

«Es un idiota. Pero al menos gracias a él este evento es más soportable.»

—Deberias haberlo traído, así no me estaría cagando de frío —bromea ella y agrega—. Además yo te podría haber dicho algo como “Ay, muchas gracias. Muy amable de tu parte.” Pero bueno, que se le va a hacer. No lo trajiste y acá estamos, pasando frío acá afuera en vez de tener que...

No pudo terminar la frase porque fue interrumpida por el brusco movimiento de Luca que abrazó y la llevo junto a la pared.

—¿Qué haces? —pregunta un poco incomoda por la cercanía del chico pero también molesta porque la haya abrazado sin su permiso.

—Shhh... Espera —susurra Luca mientras observa al otro lado del jardín a unos hombres—. Desde hoy me pareció que había algo sospechoso en esos tipos de allá y recién acaba de aparecer de la nada un chico con un arma.

Ella intenta girarse para verlos pero los brazos que la rodean se lo impiden.

—Espera, no te muevas. No quiero que nos vean —le dice Luca sin quitar la mirada de aquellos hombres.

Kate, aún incomoda por la cercanía de él, decide hacerle caso ya que no sabía bien que estaba ocurriendo. Él le va relatando un poco la situación, diciéndole que uno de los hombres le estaba entregando algo al chico.

Luca estaba pensando en una forma de volver dentro sin que los vean ya que para entrar debían pasar delante de ellos. Pero mientras lo decide, suelta a Kate diciéndole que no se despegue de la pared ya que si no lo hacia la oscuridad de la noche los ocultaría. Ella hizo caso a todo lo que le decía.

Estuvieron esperando unos minutos hasta que en un momento una mujer llamó a los hombres para que vayan adentro. Al parecer era la hora de la cena. En cuanto vio a la mujer asomarse, el chico se escondió tras un árbol.

Luego de esto todos los hombres entraron y cerraron la puerta detrás suyo. Y una vez se cerró la puerta el chico se marchó llamando a alguien por teléfono.

Luca y Kate aprovecharon ese momento para salir de su “escondite” y meterse en la casa.

—¿Qué vamos a hacer? Debo contarle a mi papá —dice Kate y tira el amague para irse.

—Espera. Todavía no sabemos que es lo que pasó así que debemos contarle pero a solas. Que nadie escuche —le replica Luca.

Por el día el Romantico, Por la noche el Arrogante.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora