Capítulo 9

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La semana pasada ganamos La Liga y ahora solo nos queda ir a por la Champions.
Llaman al timbre y abro, es Irene.

— Te estaba esperando — le digo cuando entra y nos damos un beso.

— Hola. ¿Qué tal? — dice seria.

— Bien pero por lo que veo tú no.

— Mira — dice y me da su móvil. Veo una foto mía y luego leo lo que pone abajo.

— Marco no sé si seré capaz de aguantar que se hable de mí por ahí. Entiendo que tú tengas tú parte pública pero yo no y tampoco me quiero esconder.

— Te entiendo, haremos una cosa, no esconderemos más la relación, no hablarán de ti ahora que ya saben lo que querían saber, tengo novia y ya está. El que tiene miedo de que inventen cualquier cosa que te pueda perjidicar soy yo — explico, cualquier cosa que se inventen que sea creíble puede afectar a Irene y eso no me gusta nada.

— Me parece bien.

Pasamos la tarde juntos y después la llevo a su casa. Odio tener que separarme de ella.
Al cabo de media hora Irene me llama.

— Marco. ¿Puedo ir a dormir contigo?

— ¿Y eso? — pregunto.

— Tengo mono de Marquito — dice y yo me rio.

— Voy a por ti.

Pasamos la noche juntos en mi casa y a las cinco de la mañana suena mi alarma, vamos allá.

— ¿Qué coño es eso? Marco páralo — dice cabreada.

— Es la alarma, son las cinco de la mañana.

— Pues muy bien me alegro — dice.

— Levántate. ¿Recuerdas que te dije que te llevaría a correr? — se levanta de repente y abre los ojos como platos. — Pues hoy es ese día.

— Pero si no tengo ropa deportiva.

— Toma — le paso una bolsa. — Lo compré ayer cuando me dijiste que pasara a por ti.

— Serás hijo de perra. Marco eres el hombre más cruel que he conocido, podrías haberme dicho que si me quedaba tendría que ir a correr.

— No mi amor porque si no no hubieses venido y además si no te llevaba hoy sería otro día, no te ibas a librar.

Al final se cambia y nos vamos a correr, a los quince minutos ya está rechistando.

— Marco, Dios te quiero con toda mi alma pero si no paramos te voy a matar.

— Irene llevamos quince minutos.

— Pues eso es mucho vamos a casa anda, porfi — me pide.

— Está bien pero la vuelta la hacemos corriendo también.

Ella (Marco Asensio)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora