Confesión (II)

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Naruto estaba indignado con Shion. Había interrumpido su intento de confesión a Hinata sin un motivo de peso, sólo porque ella había querido. No quiso oponer resistencia ya que supuso que sería una tontería sin importancia, la despacharía rápido y podría volver con su amor verdadero.

Cuando al fin Shion soltó a Naruto, éste vio a su alrededor. Verdaderamente ese era un buen lugar para hablar algo serio. No porque estuviera excesivamente oculto, sino porque durante las clases no había nadie en esa zona. Las pocas hojas que aún tenía aquel cerezo caían al ritmo marcado por el viento gélido propio del mes de febrero, marcando un ambiente muy bonito para decir cosas importantes. Ya llevaría a Hinata a ese lugar para declararse, en ese momento, lo único que le preocupaba a Naruto era salir de allí, no sin antes escuchar lo que tenía que decirle la rubia.

- ¿Qué cojones quieres, Shion? ¿No ves que estaba en medio de algo importante? – gritó Naruto, sin una pizca de educación.

- Yo... - Shion estaba nerviosa y sonrojada ante el momento, para ella era muy importante lo que iba a decir.

Lástima para ella que Naruto también tuviera algo importante que hacer y quisiera escaparse de allí lo más rápido posible.

- Si no tienes nada importante que decirme, me voy. Yo sí que tengo cosas importantes de las que encargarme. – dijo Naruto, que no podía evitar tener en su memoria a Hinata.

- ¡Espera! – Shion extendió un brazo y agarró a Naruto, dándole la vuelta y poniéndole de frente a ella.

- Dime lo que quieres de una vez o...

Naruto no pudo continuar hablando. Shion se había puesto de puntillas y consiguió callarlo cerrando el espacio existente ente las bocas de ambos. Él no sintió absolutamente nada, literalmente. Estaba en shock, su cuerpo no reaccionaba y no fue capaz de separarse de ella. Porque si algo tenía claro el rubio era que su reacción hubiera sido esa: separarse de Shion, simplemente, porque no era Hinata. Una Hinata que lo había visto todo, pero como Naruto estaba de espaldas a la puerta, no fue capaz de ver a su amada huyendo mientras lloraba ante la visión de Naruto besando a otra chica que no fuese ella.

Cuando sus bocas se liberaron, Naruto tenía los ojos como platos, la boca entreabierta y se encontraba totalmente paralizado. Se sentía como si su cerebro hubiera dejado de funcionar, no podía pensar. El acto de Shion le había tomado por sorpresa.

- ¿Y bien? – dijo Shion, con una sonrisa pícara.

- Eh... Yo... - dijo Naruto, que seguía procesando lo que acababa de pasar.

- Por si no te ha quedado claro: estoy enamorada de ti, Naruto... - el tono de Shion era coqueto, muy meloso. Se aferró al brazo de Naruto con uno de sus brazos y con el otro acariciaba todo su torso.

En ese momento fue en el que Naruto procesó todo lo que había ocurrido. Shion lo había besado y se le había declarado. Con toda la delicadeza que tenía, se separó suavemente de Shion y la puso frente a él. Tenía que dejarle claro lo que él sentía.

- Shion, me halagas, eres una chica muy buena y cualquier chico estaría encantado de estar contigo...

A Shion no le gustaba como empezaba la respuesta de Naruto, todo hacía indicar que habría un corazón roto: el suyo.

- Pero... - a Naruto le costaba encontrar las palabras justas. No en vano, era la primera vez que rechazaba a una chica, y ese no es un momento agradable para nadie. - Lo siento, no puedo corresponderte. La verdad es que... Estoy perdidamente enamorado de mi amiga Hinata y... Estoy convencido de que ella es la chica ideal para mí.

Shion derramó un par de lágrimas. Estaba rota, aunque Naruto había sido extremadamente delicado, el rechazo le había afectado sobremanera, pero no era culpa de Naruto. Cuando te arriesgas y pones en juego tu corazón, existe la posibilidad de que te lo rompan. Esa lección la había aprendido Shion de la forma más cruel: experimentándolo en sus carnes.

Segunda OportunidadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora