Confrontaciones

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Tras el fallido intento de confesión de Naruto y el rechazo de Hinata, había pasado cierto tiempo y la chica se alejó ligeramente del rubio. Ella esperaba a que cuando hubiera conquistado a la chica que amaba para volver a acercarse a él y volver a ser amigos. Era un paso atrás, pero ella consideraba que le debía eso al rubio por todo lo que había hecho por ella.

Era evidente que Hinata no sabía el error que estaba cometiendo.

Se estaba rindiendo sin luchar. Y a pesar de que ella consideraba que era bueno para su amado, también sabía que su corazón acabaría extremadamente magullado y dañado si, como ella esperaba, encontraba el amor en brazos de otra. El debate interno seguía reflejándose en ella. Debido a ese debate, su actitud volvió a cambiar a una actitud más seria, reflexiva y entristecida. Casi la misma actitud que tomó tras el primer beso de ambos, tras aquella salida al parque de atracciones, solo que esta vez parecía más deprimida.

En cuanto a Naruto... Bueno, seguía extrañado por la reacción de Hinata. Vale que su forma de iniciar la confesión no había sido la mejor, pero qué menos que dejarle terminar de hablar. No entendía de dónde había sacado la estúpida idea de que a él le gustaba otra mujer que no fuese ella, pero le sacaría la idea de la cabeza sea como sea. Esa era una promesa de Naruto Uzumaki, y todos sus amigos sabían que cuando Naruto prometía algo, daba igual todo lo que pasara, que él siempre cumpliría su promesa. Pero para ello necesitaba volver a recuperar la confianza de Hinata, que se había vuelto a encerrar en su propia burbuja y no quería saber nada de nadie. ¿Lo único malo? No sabía qué hacer para hacerle ver que si había una chica perfecta para él, su nombre era Hinata Hyuga.

Para ello, recurrió, una vez más, a la sabiduría de aquella pareja que consideraba sus dos mejores amigos. Le hacía sentirse algo incómodo el hecho de estar constantemente pidiéndoles ayuda a ellos dos, se sentía como si se estuviera interponiendo entre la pareja que componían sus mejores amigos, pero fueron ellos los que le habían dicho que, aunque fuesen pareja, siempre estarían ahí para él cuando lo necesitara y que, cuando estuvieran con él, nada cambiaría. Y hasta el momento, no se habían quejado de las ayudas que solicitaba el rubio, lo cual agradecía, ya que no estaba siendo nada fácil el acercarse a Hinata de la forma que él deseaba.

- No sé qué hacer, chicos. - dijo Naruto, apesadumbrado ante la nueva actitud tomada por Hinata en los últimos tiempos – Es como si no quisiera volver a saber nada de mí. Esta situación me está destrozando.

- Te dije que te estabas precipitando, Naruto... - dijo Sakura, pasando una mano por la espalda de su amigo. - Pero creo que este rechazo te enseñará algo, Naruto. Todo pasa por algo en esta vida.

Naruto puso una mueca de extrañeza en su cara. ¿Había dado a entender que Hinata lo había rechazado, o que había rechazado sus sentimientos? Sonrió levemente, ese tipo de sonrisas que se utilizan cuando uno está triste.

– Hinata no me rechazó... Bueno, ni siquiera me dejó terminar de declararme cuando me dijo que ella estaría a mi lado cuando consiguiera estar con mi amada. – dijo Naruto, que seguía sumiéndose en su propia espiral descendente.

Sakura se sorprendió ante lo dicho por Naruto, principalmente porque ella también intuía que Hinata estaba sintiendo algo por el rubio, y el hecho de que lo rechazara o que no le dejara terminar de declararse le parecía algo extraño la reacción de Hinata.

– Naruto, ¿qué fue exactamente lo que le dijiste a Hinata? - preguntó Sakura, para poder analizar lo que había dicho y entender en qué había fallado.

Naruto sintió algo de temor, pero decidió hacer caso omiso a su cerebro y le contó a Sakura su declaración hasta el punto que Hinata le había permitido hablar. Al oír el inicio de la declaración de amor de Naruto, a Sakura le hirvió la sangre ante la estupidez de su mejor amigo. Sin poder contenerse, la pelirrosa cerró su puño y le dio tal capón a Naruto que el rubio estuvo sobándose la cabeza ante el dolor que sintió tras la agresión de Sakura.

Segunda OportunidadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora