Truth or Dare? >JiKook<

14

— ¿Debes ir sí o sí?— pregunta Yugyeom desanimado porque su novio debía ir a donde vivía antes.

— sí, lo siento pero en una semana regreso— sonríe y besa al azabache.

Son novios desde hace cinco meses y Jimin se encontraba muy feliz.
Hacía mucho que no se sentía así de feliz.
Desde que vino con sus padres.
Desde que se marchó sin despedirse de Jungkook. No había día que no se culpe por no poder despedirse del menor. De su mejor amigo. Lo extraña como nunca se imaginó llegar a extrañar a alguien, pero aquí está, besando a su ahora novio pensando en otra persona.

— bien— dice al separarse con la respiración agitada— debo irme — deja un pequeño beso más y camina a su auto, prende éste y cuando estaba por arrancar lo escucha a Yugyeom.

— ¡Te amo!— sonríe despidiéndose con su mano.

Jimin no sabía qué hacer o como contestar.

¿Él lo ama también?

Por la única persona que llegó a sentir amor, además de sus padres, fue Jungkook.

¿Realmente sentía amor por Yugyeom?

Aún con la cabeza inundada de pensamientos sonríe y se despide de su novio cuando comenzó a arrancar su auto.

— te amo...— susurra aún pensando casi sin prestar atención a las calles.

Esa palabra que nunca se animó a decirle a Jungkook.

Había pasado tanto tiempo sin saber nada de el menor.

Él se pasa horas hablando por teléfono con sus amigos de la otra ciudad, aquella a la que ahora se dirige, pero nunca de esas veces aparecía Jungkook.
Sabía que le menor estaba detrás de la pantalla. No era tonto.

Escuchaba cuando Taehyung susurraba el nombre de Jungkook llamándolo. O cuando Jin lo llamaba y luego se tapaba la boca. Además de las incontables veces en las que hablaban por videollamada y se veía a Jungkook reflejado en los espejos.

Sacude su cabeza alejando cualquier pensamiento. Debía estar atento a las calles, sino podría ocasionar un accidente.

Unas largas horas después llegó a donde estaban sus amigos de hace años.

¿Que haría primero?

Suspira y se estira un poco tratando de acomodar sus huesos debido a estar tantas horas sentado manejando mientras esperaba que el tanque del auto se llenara.

El frío viento chocaba en su rostro pero el sol hacía que no sintiese aquél congelado clima.

Era hermoso. Estar aquí. Después de tantos años. No era la ciudad donde él nació, pero sin duda era su hogar. Aquí estaban todos sus amigos, su primer departamento solo, la primera cita, su primer beso, su primer amor.
Todo, su vida estaba aquí.

— disculpe...— el chico que trabajaba en aquella estación lo saca de su transe— su auto ya está.

—oh, claro. Lo siento— sonríe.

Luego de pagar vuelve a ponerse en marcha.

Aún faltaban unos minutos para llegar, pero muy pocos.
Definitivamente, por más exhausto que éste, irá con sus amigos.