Capítulo 6

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Ya casi medianoche, me encuentro a pocas manzanas de distancia de mi hogar. Me relajo porque ya sé que no debo ir más por horas extras, ahora voy a tener vacaciones como me las merezco; sonrío al aire y pienso si ordenar pizza para celebrar mi receso tan merecido. Aunque podría cocinarme pero estoy tan cansada y feliz que no puedo hacerlo.

Cuando estoy en la esquina del departamento, veo que en la opuesta hay algo extraño. Me concentro bien y distingo a dos personas golpeando algo, me alejo despacio de la entrada del edificio para poder ver mejor, entonces me doy cuenta de que son dos tipos moliendo a golpes a otro. No sé porque me acerco más, entonces veo que el sujeto que está en el suelo se pone de pie y se tambalea. Lo reconozco al instante, es Christopher.

Me sorprendo y retrocedo varios pasos, intento mirar bien a los tipos que se acercan y lo arrinconan contra la pared y vuelven a golpearle. No parecen ser más grandes que él, ¿Qué debo hacer? Si intento hacerme la héroe pueden que me golpeen también. Comienzo a caminar para atrás mientras busco mi teléfono dentro del bolso, pero choco con alguien y me giro rápidamente.

—Hey. —me dice con una sonrisa el chico de ojos verdes, amigo de Chris. — ¿Qué hace la novia de mi amigo aquí?

— ¡Qué no soy la novia! —digo alterada y él desvanece la sonrisa. — ¡Tú! ¡Ve, ve allá, están golpeando a Chris!

Le tiro del brazo como una niña, entonces él mira hacía donde le señalo y cambia su expresión por completo. Se aleja de mi corriendo y al acercarse a los pandilleros logra empujar a uno. Gracias al cielo que ha estado cerca, o no hubiera podido saber como ayudarlo; me quedo mirando pero me siento inútil. Veo que el amigo de Christopher logra pegarle a uno mientras el vecino intenta levantarse, el otro tipo le golpea la espalda al que fue a socorrerlo y cae al suelo, entonces los dos comienzan a golpearlo. Me altero mucho, siento que estoy sudando a mares, me tiemblan las manos y no quiero meterme adentro sabiendo que se están matando. Chris se recompone tomándose con una mano el abdomen y se abalanza para darle una mano a su amigo. Me da pena como liga los golpes el amigo de Christopher, entonces siento un aire caliente que brota de mis dedos y se esparce por todo mis brazos y se almacena en mi pecho.

Empiezo a caminar a paso rápido y miro lo que hay en mi camino, encuentro un tubo de cañeria oxidada dentro de unas cajas, lo tomo firme entre mis manos y lo levanto lo más alto que puedo, entonces lo entierro en la espalda del idiota que golpea al amigo de Chris, éste se queja horrible y cae de rodillas al suelo, el otro aprovecha y le da un puñetazo de lleno en la cara. Me doy la vuelta para observar al que tiene acorralado al vecino y le doy sin mirar en el cuerpo, entonces oigo su grito y veo que le di en el glúteo, Christopher lo empuja fuertemente y nos quedamos mirando. Yo sostengo el tubo de cañería como si fuera un tesoro y tengo el entrecejo fruncido.

Se acerca y me toma de la mano, el amigo también nos sigue y vamos a paso rápido al departamento, antes de ingresar arrojo el tubo a la calle y es el único ruido que hace eco en la misma. Nos metemos los tres en el ascensor, y cuando me doy cuenta, Chris  me tiene sujetada de la cintura y yo con mi mano izquierda sobre su pecho, respiramos algo agitados pero a él y a su amigo se les nota más. Me concentro en el rostro del vecino, tiene moretones muy feos, con la mano libre se la pasea sobre sus labios para barrer un poco de sangre que brota de la comisura de los mismos.

Al llegar, primero sale el amigo, que se ve un poco mejor que Chris, luego él me empuja suavemente y sin separar sus manos de mi cintura, yo no respondo a esa acción. Los tres ingresamos a su departamento.

— ¿Qué mierda ha sucedido afuera? —pregunta Erick. — ¿En qué te metiste?

—En nada. —dice con el ceño fruncido y pasa por mi lado. —Son los mismos tipos que querían aprovecharse de ella la otra vez.

Yo le miro mientras se va a la cocina y luego observo a su amigo, ¿Entonces estaba peleando por mí? No, eso es absurdo. Camino detrás de él, se quita sus anteojos y luego bebe una cerveza, me quedo parada en el umbral y me mira mientras ingiere, enarca una ceja cuando se da cuenta de que no dejo de mirarlo.

— ¿Eso es verdad? ¿Porqué te agarraste a golpes con ellos? —digo desconcertada, no creo que eso sea creíble.

—Solo querían hacerse respetar. —me dice cuando baja la botella de sus labios. —Pero dado a que la jovencita aquí presente ha tomado las riendas, creo que ya no te buscaran.

Me sonríe, aún todo golpeado se ve... Lindo. ¿¡Qué estás diciendo!? Bueno, si vamos a sincerarnos ahora, tengo que decir que es guapo, tiene lo suyo y tiene lo bueno.

—No te burles que te he salvado. —le digo entrecerrando los ojos y cruzándome de brazos.

— ¿Quién se estaba burlando, bonita? —me dice sonriendo. Dios, ¿No puede evitarlo? Inhalo profundamente y dejo escapar ese aire que me tiene prisionera.

—Supongo que por devolverte el favor de la otra vez, tengo que hacer de enfermera.

—Supones bien. —bebe otra vez, sentimos los pasos de su amigo y él saca algo del refrigerador. —Erick, ¿estás bien?

—Solo un golpe en la espalda, es todo. —Se acerca y toma la cerveza que Chris le tiende. —No pensé que tu novia tendría las agallas suficientes como para defenderse, en verdad, me siento avergonzado por eso.

Los dos alzan las botellas a modo de brindis por la humillación y beben un trago largo, yo revoleo los ojos y les pongo al tanto.

—Que no soy novia de Christopher. —digo entre dientes.

Nos encontramos en el cuarto de baño. Yo estoy sentada en el retrete, obvio que sobre la tapa,  Chris está sobre el borde de la bañera y mira a un costado mientras le curo el pómulo de una pequeña cortada. Al finalizar, le coloco una curita para que no se infecte.

—Ahora, déjame terminar con este. —le digo señalando el de la comisura de sus labios. Tomo un poco de algodón y lo empaño con agua oxigenada. Con cuidado le doy suaves masajes y siento que algo me recorre la espalda, miro fijamente sus labios mientras limpio la herida y siento sus ojos sobre mí, los busco y no me equivoco. Me detengo en lo que hago y me concentro en su mirada.

Él se acerca a mí y deposita sus labios sobre los míos, retengo el aire y no hago nada. Nos quedamos así, con el beso inocente durante unos segundos, luego él se separa y me vuelve a mirar a los ojos. ¿Cómo es que tiene la valentía de hacerlo?

—Gracias.

Yo asiento con mi expresión de nada, porque me ha tomado desprevenida y no sé como reaccionar. Aprieto mis labios y les paso la lengua muy suavemente para poder quitar esa sensación de que aún siento los suyos. Trago saliva y me levanto rápido, dejo todo sobre la tapa y me largo de allí, tomo mis pertenencias y Erick me mira con atención.

— ¿Todo bien? Te veo pálida. —Me dice preocupado, yo niego con la cabeza.

—Estoy bien. Nos vemos. —Camino y escucho la voz de Chris, salgo de su departamento e introduzco mi mano en el bolso para buscar las llaves, al encontrarlas se me caen al suelo debido a que mi vecino está parado en la puerta de su departamento.

— ¿Bella, por qué te vas así?? —se acerca y yo agarro las llaves. Introduzco la correcta en el cerrojo y le miro.

— ¿Qué tiene? —digo de adrede. —Ya te curé, ya estás bien, ahora tengo que dormir.

Le doy la vuelta y empujo la puerta pero él la toma del picaporte y la vuelve a cerrar, entonces pone una mano sobre la misma y me acorrala. Alzo la vista para poder mirarle a los ojos, entonces me doy cuenta de que me siento, y soy, pequeña a su lado. Trago saliva, el  que me observe de esta manera hace que mis piernas tiemblen, lo hace con tanta precisión, es como el lobo que quiere comerse a caperucita roja. Madre mía.

En el momento en el que quiero decirle algo, él me besa. Yo bajo los brazos y los apoyo contra la puerta, se cae el bolso y las llaves, se escucha el ruido pero a él no parece importarle. Me quedo estática, sin poder hacer algo al respecto. ¿En qué momento todo ha cambiado? ¿Cómo es que hemos llegado a esto?


Departamento A [ADAPTACIÓN | CNCO | CHRISTOPHER X Lectora]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora