Capítulo XI

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- KARA -

Escucho la puerta cerrarse y trato de encontrarle una explicación a todo esto - ¿por qué no me dejó hacerle el amor? – digo al abrazar mis piernas - ¡no entiendo nada! – Grito, furiosa a la nada al no obtener respuesta - ¿por qué te fuiste? ¿Qué es lo que sientes por mí? ¡Dios, Lena me estas matando! – digo al tocar mi cabeza y tratar de no llorar. 

En estos momentos no me importa si es oportunista o no, solo quiero saber que siente por mí, quiero saber por qué me detuvo, simplemente quiero una explicación – ¿habrá sido una provocación? - digo al cerrar los ojos y soltar un profundo suspiro. 

Me quedo ahí un rato para tratar de aclarar las ideas - ¿quieres enloquecerme? Si es así lo estas logrando – digo al levantarme y colocarme la ropa – esa mujer cada día hace algo que logra desconcertarme más y más... - digo al tomar mi saco de la silla y salir. 

Al salir noto la mirada estupefacta de Diane – ya me voy... si quieres puedes irte – digo al meter una de mis manos en el bolsillo del pantalón - ¿tienes cigarrillos? – le pregunto sin mirarla 

– si... - dice al sacar uno de su bolso y dármelo 

– gracias... no te preocupes – digo al sacar de mi pantalón un encendedor de plata que tienes mi iniciales – nos vemos mañana... - digo al darme la vuelta 

– mañana es sábado... - dice en voz baja 

– tienes razón... nos vemos el lunes entonces – digo con el cigarrillo en los labios aun sin encender. 

Camino hasta el ascensor y presiono el botón, saco mi celular y lo apago, no tengo ganas de hablar con nadie. Entro al elevador y siento cierta debilidad en mis piernas - ¡POR QUÉ TUVE QUE ENAMORARME DE TI LENA!!! – Digo al dejarme caer y golpear el piso, para luego cubrir mi rostro y romper en llanto - ¡me estas enloqueciendo! Estas acabando con mi vida... aunque no quiera eres dueña de mi vida, de mi alma y de mi corazón ¿por qué me haces esto? – digo al sollozar y darme cuenta que las puertas se han abierto dejándome al frente de algunos empleados que supongo que han escuchado todo. 

Me levanto y limpio mis ojos - ¡que miran! ¡Nunca han visto a alguien llorar! – digo al salir y encender mi cigarrillo. Camino hasta la camioneta y observo a Alan tirar su cigarrillo al verme 

– Buenas tardes señora Danvers – dice al abrirme la puerta 

– Buenas tardes... – digo en tono lánguido y taciturno al sentarme. 

En el camino le pido a Alan que se detenga en un supermercado para comprar una caja de cigarrillos y una botella de vodka. Al llegar a la mansión canto a todo pulmón una canción que le pedí a Alan que subiera el volumen, me bajo casi tambaleando, en pocos minutos me había bebido más de la mitad de la botella, al entrar nanny y mamá se encuentran en la sala platicando y callan al momento de verme llegar – ♪ Cuando... cuando me... me besas... un premio nobel... un premio nobel le regalas a mi boca ♪ 

- ¿Kara estas ebria? – Dice mi madre al levantarse 

- ¿yo? No... - digo al sonreír y darle otro trago a la botella - ♪ cuando... cuando te beso... todo... todo un océano... me corre... me corre por las venas...♪ - digo al trastabillar y subir la escalera 

- ¡Kara cállate! – dice mi madre enojada - ♪ cuando... cuando me besas.... Cuando me besas se prenden... se prenden todas las estrellas en la aurora – digo al tocar mi cara y comenzar a llorar 

- ¡hija que tienes! – dice mi madre preocupada al subir las escaleras 

– nada... no... no te preocupes... tuve... tuve un mal... un mal día – digo al sacar un cigarrillo de mi bolsillo y colocarlo en mis labios 

Mi odiosa Madrastra | SUPERCORPDonde viven las historias. Descúbrelo ahora