Capítulo XVIII

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Al día siguiente…

Al abrir los ojos la hallo junto a mi – te amo tanto… - digo al suspirar y darle un beso en la frente, nunca me había sentido de esta forma, me siento tan feliz, toda la noche estuve entre sus brazos, su aroma es tan dulce e inexplicable que reconforta mi cuerpo, cuando estoy junto a ella siento que nada me falta… no sé si ustedes han sentido algo así, pero les confieso que lo que ahora mismo estoy sintiendo, es como caminar entre las nubes y si llego a caer, lo haré en sus brazos, sé que su amor me protegerá de todo. Quiero estar junto a ella siempre, me gusta como me abraza de forma sobre protectora en las noches, como al estar dormida pronuncia mi nombre, indicándome que me extraña a pesar de tenerme tan cerca, no quisiera que esto jamás se acabara, no me importa lo que piense Eliza, nanny, Sam o el mundo… ¡no me interesa! a su lado siento una felicidad jamás soñada que no quiero dejar ir, Kara se a convertido en mi todo, quiero despertar cada día y verla junto a mí, quiero sentir siempre su aroma en mi piel… no hay fortuna en el mundo que valga más que tenerla a mi lado.

Me siento en la cama y froto mis ojos, para luego levantarme – eres mi todo Kara – digo antes de salir e ir a mi habitación, al llegar me saco la playera y la acerco a mi nariz – Kara… - digo - al sonreír y meterme al baño.

Al salir nanny toca la puerta – adelante – digo al secar mi cabello

– señora, abajo esta la señorita Samantha y quiere hablar con usted

– dile que me espere un momento, debo terminar de arreglarme – digo al sentarme en la cama

- le diré, con su permiso – dice nanny al salir

- Sam aquí… que extraño – digo al fruncir el ceño y dejar caer la toalla – supongo que debe haberse enterado de la muerte de Jeremiah – digo al buscar en las gavetas mi ropa interior – espero no demorarme… quisiera salir con Kara a caminar o a comer, no importa, mientras este junto a ella, el resto sobra – digo al colocarme mi ropa interior (negra) y sacar de una de las gavetas un top negro – esto estará bien – digo al colocármelo y sacar del armario una falda de mezclilla – veremos que quiere Samantha ahora… - digo al recoger mi cabello y salir.
Al bajar saludo a Eliza que sube las escaleras y veo a Sam sentada en uno de los sillones – hola – digo al suspirar y mirarla fijamente

– la mansión es preciosa… me entere que el viejo se murió, supongo que te dejo todo él muy imbécil – al escuchar esas palabras la tomo fuerte del brazo

– aquí no podemos hablar – digo al jalarla hacia el estudio

- ¡suéltame! Por qué me agarras así – dice al tocar sus brazo y mirarme desconcertada

– siéntate… - digo al tomar asiento y bajar la mirada

- ¿qué tienes? – dice al sentarse y fruncir el ceño

– Jeremiah no me dejo todo, su fortuna la dividió en dos, una parte para mí y otra para ka… para Kara, su hija – digo al jugar con mis dedos

– no importa… aunque sea te dejo algo y ese algo es bastante – dice al sonreír

– en su testamento puso una cláusula, la única forma de poder tocar el dinero que me dejo y no perderlo es que me casara con… con Kara – digo sin mirarla

– qué!! dime que no es cierto Lena, dime que no te casaste con una mujer… - dice al dilatar sus pupilas

– si… nos casamos y yo la a…

- tiene que ser lesbiana o loca para aceptar algo así – dice indignada

– si… Kara es lesbiana… y nosotras nos… – quiero confesarle la verdad, sin embargo me interrumpe otra vez

Mi odiosa Madrastra | SUPERCORPDonde viven las historias. Descúbrelo ahora