6Primer día en el instituto nuevo

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Sylvie

La verdad que no esperaba que la primera mañana de instituto me fuera tan bien. La gente es simpática y mis primos han estado entretenidos con su grupo de amigos. En la "cantine' (como se dice comedor en francés) nos hemos sentado Ángela y yo juntas, y a las tres de la tarde por fin acabaron las clases.

El instituto es bastante grande, y solo está a unos 15 minutos en coche desde la casa. Hay 4 clases por curso, y he tenido la mala suerte de que no me ha tocado con mi hermana y estoy con Filippo y uno de su pandilla.

Salgo por la puerta principal. Hay un montón de gente, pero al ponerme de puntillas consigo ver el autobus que tenemos que coger.Espero a Ángela que viene corriendo detrás mío.

-¿Ya se te olvidaba que volvemos juntas?-me pregunta quisquillosa.

-No te quejes, que soy un sol de hermana- la dedico una de mis sonrisas juguetonas.

De repente una mano me toca el hombre, me giró y...

-¡Alan! Qué alegría verte- ups, no he podido ocultar la verdad.

-¡De qué buen humor estás hoy- me dice alegremente.

-Bueno, voy cogiendo sitio en el autobús- interrumpe nuestra conversación Ángela.

La doy una señal de aprobación con el pulgar y me vuelvo a centrar en Alan.

-Nada, solo te quería comentar que está tarde iremos el grupo de amigos a la mansión y pues, bueno...si estuvieras allí luego podríamos bajar y así nos veíamos un rato- me dice dudoso porque le vaya a contestar algo que no quiera oír.

-Pues claro que bajaré de mi guarida, tú no eres muy pesado como los otros y además me caes bien- le digo sinceramente.

-Vale, pues estupendo- y una de sus sonrisas se forma en sus labios.

-Eh hermanito, ¿no nos presentas a la nueva?

Unas chicas altas se acercan hacia nosotros. La que se supone que es la hermana de Alan tiene una preciosa melena corta pelirroja.

-Es Sylvie, una amiga nueva- me presenta Alan.

-Encantada-digo tímidamente a las dos chicas

-Igualmente. Pareces muy maja, ¿dónde vives? ¿Te acabas de mudar?-pregunta la chica pelirroja

-Sí, acabo de llegar,pero no creo que me quedé mucho tiempo. Vivo a las afueras de un pueblo cercano, en la mansión de mis primos. Por cierto, tengo que subir ya al autobús. Quedamos un día y nos vamos conociendo,¿hecho?

-Creo que todavía tenemos tiempo de conocernos ahora, porque aquí no hay ningún autobús-habla por primera vez la otra chica.

Me giro y tiene razón. Me he quedado en tierra. En ese momento suena la melodía de mi teléfono. Es Ángela

-Hermanita, no sé cómo vas a volver ahora. Me puse los cascos y de repente arrancó el conductor, y el muy antipático no quiso retroceder unos metros para esperarte- cuenta mi hermana preocupada.

-No me va a quedar otra que esperar al siguiente- observó desganada.

-Jo, ¡qué rabia! Para cuando llegues, la comida está en la cocina, ¿entendido? A la cocina si sabrás cómo llegar,¿no?-pregunta graciosilla Ángela.

-No soy tan tonta-le respondí, y después colgué.

Miró un momento las notificaciones por si tengo algún mensaje de mi madre. Al no haberme llegado nada importante lo guardó, y cuando levanto la vista Alan y las chicas ya no están. Me siento en un banco de la ancha acera del instituto y al poco rato, un coche se para en la carretera en frente mío. La ventanilla del copiloto baja y asoma una dulce sonrisa.

-Venga, sube-me grita Alan

Corro hasta el coche y me subo en la parte de atrás.

-Gracias chicos

-No hay de qué, pero vas a tener que hacernos algo a cambio- dice con voz misteriosa la pelirroja.

-¿Ya estamos con chantajes, Alessia?- la interroga Alan.

-Seguro que cuando formule el trato me estarás dando las gracias por haber propuesto eso-dice Alessia pícara-¿A qué nos dejas quedarnos a comer en la casa de tus primos?

-Me lo estoy pensando...-intento parecer no muy convencida, pero se nota que no soy buena actuando, así que se ponen a reir.

-Pero bueno, ¿qué es eso de autoinvitarse a casas, Alessia?- habla por primera vez la conductora, que es la madre de Alan y Alessia.

-No se preocupe , si mis primos estarán encantados de que vengan-intervengo- Además mis tíos están en el trabajo, así que no molestaremos a nadie.

Parece que he convencido a su madre. Todos me dan las gracias con la mirada. Creo que va a ser una tarde emocionante y muy entretenida.

Nueva ciudad, nueva vida, nuevo mundo...Where stories live. Discover now