Cap. 4 "Alohomora!"

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Ya ha pasado una semana y tres días, no puedo evitar contar los momentos que estuve aquí. Deseo irme ya.

  Por suerte hoy temprano no fue tan malo, me llegó una carta, que entregó el mismo guardia malhumorado, de Scorpius. Decía más o menos así:

   "Querida Mar:
                Hola, espero estés bien. Nos haces mucha falta.
      Rose se enojó con nosotros por dejarte ir, hasta yo me enojé conmigo mismo. Lo siento por todo.
Cuando la señora Weasley le cuentó todo a Rose ella casi nos mata.
      Los tres estamos mal.
      Ayer hablábamos con Albus y él tiene un plan para sacarte. Obviamente yo lo ayudaré, sé que saldras. Solo espéranos.
      Te quiero amiga,
                               Scorpius..."

  Me siento mal por todos, no quería hacerle mal a nadie. Pero me sube muchísimo el ánimo que me escriban.
  


   Casi salto de la alegría. Pensaba que nadie en el Ministerio me prestaba atención pero de repente escucho la voz que me ha sacado de mis casillas todo este tiempo:

   -Qué es esa basura? Qué dice? - dijo Delphi tratando de estirar su cuello para ver,  por lo menos,  de quién venía.

   - Nada importante - dije releyendo la carta con fascinación sin siquiera molestarme en mirarla.

   - DIME QUE DICE!! - dijo con la manera de hablar autoritaria que, obviamente,  heredó de sus padres.

    - Shhh!  Nada,  cállate o nos retarán - dije guardando la nota en mi bolsillo.

Luego de un rato nos trajeron el almuerzo: pan tan duro que podría romper los barrotes de mi celda y agua sucia.  Creo que al Ministerio los encerrados aquí no les importamos mucho.  No quise comer pero nada podía bajonearme, estaba súper.

  A la noche,  además de los fuertes ronquidos de Delphini,  escuché pasos. La niña Riddle también los escuchó,  al parecer,  ya que se despertó de inmediato.

  Eran varios pares de pasos, pero no se veía a nadie. Y después  se escucha una voz inconfundible.

  - Mar?  Aquí estoy - aparece la cabeza de Albus flotando: obviamente usaba la capa de invisibilidad heredada de su padre, luego aparece la cabeza de Scorpius.

    - Chicos! - dije casi susurrando.

     - Mar!  Estás bien?  Cómo está todo?  Te hicieron algo? - dijo Scorpius súper rápido. Yo río ligeramente.

     -Si, estoy bien. Todo muy lindo solo... - dije señalando a Delphi tratando de disimular lo más posible,  pero nunca fui buena en eso. - y... la comida.

     - Oh,  hola - dijo Scorpius con desagrado - un gusto verte de nuevo Delphi - habló con un notable sarcasmo.

      - La verdad yo no puedo decir lo mismo así que solo me queda sonreír y preguntarte cómo te ha ido - dijo Delphi con una sonrisa muy falsa y los ojos llenos de furia.

    - Si,  a nosotros nos da un gran placer verte de nuevo. - dijo Albus con sarcasmo y odio en su voz. Voltea hacia mí - Te sacaremos de aquí -

  Comienza a buscar algo en su bolsillo,  yo obvio sabía que buscaba su varita.  Delphi nos miraba atónita e intrigada.  Al sacar su varita Albus dice firme hacia la cerradura de mi celda:

   - Alohomora! - salió un leve brillo azul de su varita y yo ya me imaginaba saliendo de este horrible lugar y no tener que toparme con Delphini otra vez.

        
           

La Vida de Mar McLaggen Donde viven las historias. Descúbrelo ahora