El cuarto de niñas de nuestra Sala Común estaba apagado; callado y triste. Noté que muchas chicas me esquivaban, incluso Rose. No sabia que todo esto se había hecho conocer.
Me cambié de mala gana y bajé al Gran Comedor sin mi amiga, y justo me crucé con la directora McGonagall.
-McLaggen, espere!- frené repentinamente y me volteé hacia ella sonriendo y tratando de ser cordial.
-Buenos días, profesora-
-Buenos días, venía a informarte que luego de que los chicos vurlcan de la excursión a Hogsmeade tienen el castigo ¿Serias tan amable de informar a Potter y al señor Malfoy?- dijo con una gran indiferencia.
-¿Qué? Creí que su castigo sería no ir a Hogsmeade... Al menos así me salvaría de quedarme mientras los demás se van a Hosmeade...- levantó una ceja y frunció aún más los labios y así entendí que seria mejor callarme. -Yo les aviso, puede asegurarse de eso -le sonreí y ella dobló en el siguiente pasillo desapareciendo caminando con su sombrero puntiagudo y su túnica flameando por el gran suelo.
Yo seguí caminando hasta llegar al Gran Comedor y me dirigí a la mesa rebosada de alumnos teñidos de esmeralda y plata. Busqué a mis amigos y, cuando los vi, me acerqué a ellos. Noté que mientras caminaba miradas burlonas de Slytherin se posaban en mi, con comentarios que no creían sobre que era una "ladrona" y se burlaban de que no puedo hacer daño a nada ni nadie. Aunque no me pareció muy insultante.
Llegué con Albus y Scorpius mientras la mayoría del salón nos miraban.
-El castigo será luego de la excursión- dije seria e indiferente parada a su lado.-Me lo imaginé- dijo Scorpius mientras seguía comiendo sin mirarme, lo observé desconcertada.
-Espero que no estés insinuando que todo esto es mi culpa; ¿verdad,Malfoy?- apoyé mi mano sobre la mesa mientras lo veía fijamente. Sentía que algo había cambiado.
-No estoy diciendo eso. Te queremos y te salvamos. Y ahora tenemos un castigo.- exclamó de mala gana.
-Insinuas que yo soy la única culpable? Oh, claro! Y ustedes entraron al Ministerio de la Magia y soltaron dos prisioneras!- noté que no debía hablar sobre rodo aquello, por lo que comencé a hablar más bajo pero con más miradas posadas en nosotros. -Si yo no soy inocente; ustedes tampoco - volteé hacia Albus, estaba perdido en sus pensamientos revolviendo su comida con su tenedor sin probar bocado -Albus Severus Potter, querrías opinar?- exclame sin paciencia y desilusionada por la respuesta de mi otro amigo, esperando que él me defienda.
-Nosotros te queremos, no creemos merecías estar en esa celda. Pero ¿qué hacias alli dentro? -
- ¡Fue un accidente, puedo jurarlo! Soy inocente... Los veré luego.- Di la vuelta y comencé a caminar rápidamente.
Mientras me iba sentí la mirada de desaprobación en mi nuca de Rose, pero aun debía ir a buscar mi mochila a la Sala Común para la primera clase.
La primera, segunda y todas las clases pasaron rápido. Tomé mi bufanda y un suéter. El frío del vestibulo entraba por la puerta del Gran Comedor y me preparé para entrar a él. Al llegar a la entrada estaban Rose, Scorpius y Albus. Bajé la escalera y al verme pararon de hablar inmediatamente.
-Hola Mar...- dijo mi amiga jugando nerviosa con sus manos. Y se fue a la mesa de Gryffindor caminando rapidamente.
- ¿No me cree? - pregunté desilucionada.
- No nos cree.- me corrigió Scorpius mientras miraba como la pelirroja se iba a su mesa.
Y nos separamos para cenar, mientras no podía evitar de mirar hacia la dirección de Rose. Duele que los que creí mis amigos no crean en mí.
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La Vida de Mar McLaggen
Fiksi PenggemarMi vida ha cambiado mucho desde el día que me llegó la carta de Hogwarts. Como también los años que siguieron siendo la mejor amiga de Rose Weasley, Albus S. Potter y Scorpius Malfoy. Aunque eso ya pasó hace unos cinco años y les contaré bien tod...