Luego de cenar, subí rápidamente al dormitorio. Me puse el pijama pero sin sueño, solo necesitaba estar allí arropada. Mañana será un largo día. Luego de un rato, escucho como Rose y las demás chicas llegan a nuestro dormitorio compartido y, cuando terminan de liberarse de sus ropas, se arropan en las suaves sábanas de sus camas.
Puedo sentir como cada una cae rendida, hasta que solo quedo yo y mi respiración. Me esmero en conciliar el sueño, pero me cuesta más de lo que me esperaba. Pero, después de lo que fueron 20 minutos o 2 horas, logro ir cerrando mis ojos de a poco hasta que finalmente me duermo.
Despierto algo aturdida, supongo que soñé algo extraño aunque no lo recuerde. Me siento en la cama aún tapada por las cobijas mientras respiro profundamente, así noto como aún todas están dormidas y, por eso, salgo lentamente de la cama tratando de no hacer ruido. Recuerdo la excursión.
No quería que los chicos se vayan y yo quedarme aquí por no tener ese tonto permiso firmado. Me aliste y bajé a desayunar.
El Salón Comedor estaba lleno, demasiado para ser tan temprano. Empecé a desayunar mientras leía un libro que había sacado de la biblioteca sobre Criaturas Mágicas. Estaba bastante interesante.
El desayuno estaba muy bueno y cuando termine empezó a bajar más gente. Asi que salí al jardín a leer, aún me sentía extraña con mucha gente en un mismo lugar.
Después de una hora, más o menos, Scorpius y Albus salieron y se sentaron junto a mí, dejé el libro a un lado. Suspiré.
-¿Listos para la excursión?- dije sonriendo para restarle importancia.
- ¿Listos para el castigo de Filch? Sería la pregunta correcta. - reí por su comentario, aunque en realidad no era muy gracioso lo que estaba diciendo y tenía razón; nadie debe saber qué se traerá el conserje entre manos para nosotros tres. - Mi papá me contó que su castigo fue ir al Bosque Prohibido -
- El Bosque Prohibido no es tan malo. - dije volteando a la extensa masa de árboles reluciente por el sol.
- Recuerda que si vamos, vamos de noche - dijo Albus mirándome, y mi cara cambió totalmente.
- Chicis, estamos muertos. - Ellos asintieron nerviosos mientras de la gran puerta de roble salía la directora McGonagall seguida de una gran fila de alumnos. Suspiré - Su hora, chicos. No se olviden de traer dulces para mi! - grité cuando ellos ya se estaban dirigiendo a la fila.
Se fueron rapidamente, y Hogwarts se sentía vacío. Los de primero y segundo estaban en clases, mientras quedaban algunos sin permiso firmado, como yo, vagando por el castillo. Me dediqué a perder tiempo.
Me quedé un rato leyendo, hasta que me cansé y subí a la sala común a terminar una redacción para Historia de la Magia. Anocheció lentamente y los alumnos que fueron a Hogsmeade volvieron.
Baje al vestíbulo a recibir a Scorpius y Albus. McGonagall les avisó mientras venían que nos debíamos encontrar con Filch fuera de la cabaña de Hagrid, justo como esperábamos; el Bosque Prohibido.
Al salir me choqué con una chica de Slytherin que estaba en medio, y los chicos se rieron de eso en todo el camino. Pero ni bien vieron a el conserje parado fuera de la cabaña esperándonos, se callaron. Estábamos asustados.
ESTÁS LEYENDO
La Vida de Mar McLaggen
Fiksi PenggemarMi vida ha cambiado mucho desde el día que me llegó la carta de Hogwarts. Como también los años que siguieron siendo la mejor amiga de Rose Weasley, Albus S. Potter y Scorpius Malfoy. Aunque eso ya pasó hace unos cinco años y les contaré bien tod...