Les contaré una historia de amor. ¡Ah!, pero no es cualquier historia de amor, claro que no. Es la historia de amor del siglo. Especial, irrepetible, incomparable, en una palabra Única. Y si me preguntan: Mi respuesta es . Por que llevan compartien...
Lo dicho por hyung fue tan sensato que caímos en unos minuto de profunda reflexión. De repente, reinó un silencio para nada incómodo, más bien era como si estuviéramos procesando todo con detenimiento. Ese tiempo, fue usado por nuestro padre putativo, para pedir pizza y disfrutarla acompañada de unas buenas cervezas, que nos hicieron volver de nuestro trance introspectivo.
Continuamos la charla con Teukie. Ahora, en la sala. Nosotros acomodados en un amplio sofá; Hae entre mis piernas y con la cabeza recostada en mi pecho. Amo tenerlo así, sintiéndolo tan mío. Tranquilamente, sin estar reprimiendo mis deseos de tocarlo, de sentir su olor personal, por que estamos frente a quien nos ama, apoya y es feliz viéndonos muy EunHae, como él mismo nos bautizó.
---Chicos, quiero que me prometan algo. Jamás permitan que nadie los juzgue y les haga pensar que hacen mal por ser dos hombres que se aman, y, mucho menos, que les digan que los dos son unos enfermos por ello. ¿Saben quienes sí son enfermos de verdad? La sociedad encubridora de hombres y mujeres heterosexuales que: abandonan sus hijos, propician guerras, esclavizan, violan a sus propios hijos, hombres que maltratan a sus parejas e hijos. Personas enfermas de odio y resentimiento, que en la imposibilidad de reconocerlo, deciden culpar a víctimas inocentes como: sus parejas, hijos o padres. Tal como, mi padre. Un hombre muy heterosexual, que no satisfecho con arruinar su vida, se llevó consigo la de sus propios padres. Una acción totalmente monstruosa, por parte de aquel que se suponía debia amar y proteger a los suyos. Eso, sí es enfermo de verdad. Ustedes por armarse y protegersen mutuamente, nunca podrán ser eso que...---a nuestro líder se le quebró la voz y sus lágrimas salieron libres.
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Eso nos impactó de tal forma que, por unos segundos quedamos sin saber cómo reaccionar, ya que sabemos como evita enfrentar ese capítulo tan amargo de su vida, por todo ese dolor que representa para él, los suyos y quienes lo queremos. Una vez volvimos de nuestra conmoción, nos levantamos para reconfortarlo. Eramos tan injustos con él, por inquietarlo con nuestras tonterías, cuando nuestro líder, y más que eso, este superhombre, vivía con un puñal enterrado en su corazón, sin forma de sacarlo, y, aún así, se preocupa por todos, siempre nos cuida con amor y una eterna sonrisa en sus labios, haciéndonos creer que pese a todo, la vida es bella. Lo abrazamos dándole todo nuestro amor y secando sus lágrimas por unos momentos. Luego palmeó nuestros traseros indicándonos que ya estaba bien y que volvieramos a sentarnos. A Teukie, no lo gusta preocuparnos; por eso siempre finge que todo está bien con él. Él es un ángel guardián que prefiere cuidar a ser cuidado.
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---Como les venía diciendo--- continuó hablando--- prometanme que pase, lo que pase, vivirán una vida saludable, y no me estoy refiriendo solo a lo físico, sino a lo emocional. Sean felices, por las miles de parejas que viven infelizmente juntas, amargándose la vida, convirtiéndola en un infierno y contaminando todo a su alrededor con su desdicha.
---Definitivamente te lo prometemos, Teukie, con todo nuestro corazón. ¿Verdad amor?---le dije a Hae que asintió de inmediato.
---Sí mi Eunhyuki. Esto, más que una promesa, es el anhelo de mi corazón. Así como una vez soñé por mi padre y por mí convertirme en un idol y lo logré, este es otro sueño que deseo lograr, quedarme a tu lado para siempre, porque solo contigo soy feliz--- esas palabras de mi Hae, Hae, me derritieron tanto, que le estampé un tremendo beso. Bueno, menos tremendo de lo que hubiese querido, por respeto a nuestro hyung.
---¡Ay!, como me lamento de no haber apostado una gran cantidad de dinero, aquella noche en la cocina, cuando te dije que cierto personaje, que no digo el nombre pero lo estoy viendo--Teukie miró a Hae con sorna---, apenas y le pasara el berrinche y te hiciera cualquier cursilería, lo perdonarías. ¿Y, cómo fue que respondiste?... ¡ah!, ya recuerdo. No hyung, está vez es definitivo, lo nuestro se terminó. Presentaré la renun...--- de inmediato me levanté como un resorte para acallar al mayor tapando su boca con mis manos. Mientras, Hae detrás mío tiraba de mi camisa para que lo dejara seguir hablando.
---¡¿Qué?¡... de que estás hablando hyung, explícame. Pero déjalo hablar Hyukki. Qué intentas ocultarme---Parecía que a Leeteuk le divertía mucho ponerme en aprietos con mi cruz, y no de madera, sino de carne y hueso, y en ocasiones, bastante pesada, por cierto.
