¿CUMPLIREMOS LA PROFESIA? - DRACO MALFOY

QUID SUMUS?

Capítulo IX

¿QUÉ SOMOS?

¡Maldito pervertido!, pero debo admitir que muy erróneamente hizo que mi cuerpo reaccionara a sus palabras, comenzando a no solo sonrojarme, sino que quería sentir su cuerpo imponerse sobre el mío, quiero refugiarme en sus brazos, en un abrazo protector de los cuales casi no gozaba desde la muerte de mi padre.

No había sido capaz de poder entender cuanta falta me hacía poder confían en alguien, hasta este momento cuando puedo bajar mis defensas y soy capaz de experimentar en la calma la desesperación que me consumía por dentro al no saber qué hacer con todos los problemas que me agobian. No fui consciente de que había dejado fluir mis sentimientos hasta que Draco me abrazo.

- Oye, discúlpame no quería que lloraras - me dijo él, mientras me abrazaba - Puedo regresarte las bragas, pero por favor no llores.

- No sé por qué lloro - le dije mientras reía y retiraba con desesperación las lágrimas que caían sobre mis mejillas, nunca me había gustado llorar frente a alguien, me hacía sentir insegura eh incomoda, como si así pudiera demostrarles una de mis debilidades, sobre todo porque ante este acto tan íntimo, me enfrentaba a la fragilidad de mis inseguridades y se desmoronaba la pantalla de mujer fuerte, de la cual yo me dedicaba a creerme y hacerle creer al mundo.

- Claro que sabes porque lloras, pero no quieres aceptarlo y yo no te voy a obligar para que me lo cuentes, todo llega a su tiempo y yo se esperarlo - dijo mientras me abrazaba y besaba mi cabeza - Sabes - llamo mi atención.

- ¿Qué? - pregunte más calmada.

- Yo pasé por lo mismo - me soltó y se sentó frente a mí en la cama, tomando mis manos con las suyas - Cuando mi familia comenzó a desmoronarse, fui capaz de ver lo que realmente era mi vida, el montón de apariencias que éramos, sabes mi madre siempre apoyaba a mi padre porque le ama, le ama al grado de aceptar pertenecer a un grupo de asesino aun cuando ella no comulga por completo en las ideas de ellos - dijo.

- Tu madre también te ama mucho Draco, por eso ayudo en la guerra y ella se encargó de protegerte por todos los medios, incluso cuando ella pudo haber muerto - le digo mientras remonto a mis recuerdos de aquel día.

- Tu sabes que no quería hacerle daño a tu padre, ¿Verdad? - pregunto él viéndome a los ojos.

- Lo sé. Draco te sorprendería la cantidad de cosas que sé - le dije.

- Él no merecía morir - dijo él.

- Nadie merece morir Draco, pero tampoco diremos que él fue un ángel enviado por Merlín, cuando sabemos que pudo poner un fin a todo esto, cuando sabemos muy bien que él manipulo todo para que se cumpliera según una estúpida profecía - dije sacando todo lo que me estaba carcomiendo la mente.

- Él te amaba - dijo él.

- Si lo hacía, pero tampoco fue un buen padre - confesé.

- Entonces en eso nos parecemos, yo tampoco tuve un buen padre - dijo riendo.

- Pero tuviste una madre - le reproche, porque él no se podía comparar conmigo.

- Mi padre me entreno desde muy pequeña - le reproche levantando la voz - Tú tuviste una buena infancia, en cambio nosotros nos dedicamos a aprender magia prohibida, ¡Draco, mi vida es una mierda! - grite llorando más.