VIII.

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cielo.

nacho manejaba a toda velocidad. no quise despertar a mauro, y eso traería consecuencias más adelante. pero no me importaba, ahora solo me preocupaba elena y damián.

—tranquilizate —la mano de nacho se posó en mi muslo. quise gritarle y decirle que como me iba a calmar si nuestra hija había tenido un accidente. ah, y que no me tocará, pero no tenía fuerza.

las lágrimas caían a toda velocidad, parecía un río. cuando llegamos al hospital, nacho estaciono en el primer lugar que encontró libre.
bajé del auto y corrí hasta la recepción.

—elena, elena monzón —dije antes de que la recepcionista preguntará. ella buscó y me dijo que estaba en terapia intensiva.

vi la mueca de nacho al decir monzón, pero no me interesaba su opinión y mucho menos en estos momentos.

espere horas y horas hasta que un médico salió.

—¿qué paso? —él me miró y negó.

y ahí, sentí que el mundo se me vino abajo. la fuerza en mis piernas pareció desaparecer, cayendo de rodillas al piso. unos brazos me sostuvieron y abrazaron. un aroma muy conocido se hizo presente, quería empujarlo y escupirle la cara. ¡todo había sido su culpa! si nunca le hubiese dicho la verdad a elena, esto no hubiese pasado.

—perdón, perdón, perdón. nunca me van a alcanzar las disculpas..

—cállate, por favor.

—no tendría que haberme hecho presente nunca. estaban bien sin mí, yo arruine todo como siempre. perdón, posta. no sirvo para nada, solo para destruir todo lo que tocó. es que la veía y la necesitaba, las necesitaba, a mis dos chicas pref... —y no lo deje terminar, porque para callarlo, o para complecer a mi yo interior, uní nuestros labios.

un beso lento, entre las saladas lágrimas.

un beso entre tanto mal.

un beso para darnos cuenta que fuimos, somos y vamos a ser nosotros.

y ahora otra historia más nos une, mi pequeña lena.

recuerdo sus primeras palabras, sus primeros pasos. las veces que se enojaba porque la interrumpía mientras estudiaba, las veces que hacia pijamadas con mariel, las veces que tenía miedo y dormía conmigo y mauro.
nunca voy a poder olvidar a mi bebé, y si paso, desgraciadamente, es por algo.

esperó y creó que esté en un lugar mejor, porque se merece todo lo que esta bien, a pesar de todo.

mi pequeña bastarda.

fin.

bastarda » dam. [2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora