VII.

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bajé a comer. no dije si quiera una palabra en toda la comida. estaba muy de mal humor y cualquier palabra de cielo haría que me prenda fuego.

—así que estás fumando de nuevo —asentí. mauro miró a mi mamá y después a mí.

—¿por qué? —sonreí de lado.

—pregúntale a cielo —deje los cubiertos sobre el plato y me dirigí a mi pieza.

en una mochila guarde cigarrillos, plata, mis llaves y una campera. me cambié con un top y una pollera y sin siquiera decir una palabra, me fui. golpeé la puerta de mi vecino y un dam dormido me abrió.

—despertate, cambiate y nos vamos de joda, compa —entre a su casa y saludé a yamila.

damián obedeció mis ordenes y después de media hora, nos fuimos a una casa de no sabíamos quien, pero estaba cheta.

[...]

estaba re en pedo y dam también. yo le dije de ir en taxi hasta nuestras casas, pero el quería manejar, así que fuimos en su auto.

entré tropezones y golpes, entramos como pudimos. dam intentaba disimular cuando un policía nos miraba.

—damian, quiero vomitaaar —dije haciendo arcadas.

—da boluuuda, no seasss pajera —me miraba fijo.

—¡mira al frente que vamosss a shocar!

—si no anda nadieee a esta hora —posó su mano en mi pierna y me sonrió.

no sé en que momento un auto se cruzó, pero después de eso no recuerdo nada.

bastarda » dam. [2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora