Merlia es la princesa heredera de Aqualia y los habitantes de dicho reino saben lo encantadora que es la dulce sirena, pero ellos no saben de sus escapadas clandestinas hacia la superficie, ya que un número muy bajo de individuos saben el secreto.
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Obra completamente mía (Andvgm), derechos de Andrea G. No se permiten copias y/o adaptaciones de esta obra.
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Me encontraba camino a ver el atardecer como ya es rutinario, a veces me gustaría ser humana para poder disfrutar de ellos sin miedo a que me capturen.
Cuando llegué a la playa, a la lejanía logré ver a un grupo de humanos. Lo cual me pareció algo muy extraño y a la vez fascinante, empezaba a creer que esta isla estaba deshabitada o abandonada.
Me escondí atrás de unas rocas que estaban alejadas de la orilla y empecé a cantar no tan fuerte mientras disfrutaba del atardecer, esta era una de las cosas que más amaba hacer en mi vida.
Al momento en que el sol se escondió por completo decidí regresar a mi hogar, pero antes de irme observe a los humanos que estaban sentados en la arena con la vista fija en el mar, así que me hundí lo más sigilosa posible.
[•••]
Nadé apresuradamente de regreso al reino y a penas llegue Nahir nadó rápidamente hacia donde yo me encontraba, me dio un fuerte abrazo el cual correspondí.
—Me tenías preocupado, es muy tarde, pensé que te había pasado algo.—Habló deshaciendo el abrazo y viéndome a los ojos.
—Tranquilo, sabes que siempre voy a ver el atardecer, pero hoy...—No sabía si contarle lo que había visto en la playa.
—¿Hoy...?—Me pregunto en tono curioso y acusador.
—Hoy cuando fui a ver el atardecer encontré a unos humanos.—dije sin poder evitar la ligera emoción en mi voz.
—Mi amor, si ellos están habitando ahí es mejor que dejes de ir un tiempo, sabes que te pueden ver y capturar, es muy peligroso.—Dijo el tomando mi rostro y viéndome fijamente a los ojos con preocupación.
—Está bien, no iré por un tiempo.—Mentí descaradamente devolviéndole la mirada.
—De acuerdo esta vez confiare en ti, buenas noches dulzura.—Se despidió cariñosamente con un beso en la frente.
—Buenas noches amor.—Le respondí ausente.
[•••]
Desperté más temprano de lo usual y fuí de nuevo a la superficie.
La promesa no duró mucho.
Quería descubrir que hacían esos humanos, tenía mucha curiosidad respecto a ellos.
Llegando a la playa tuve la horrible suerte de quedarme atrapada en una red, estaba completamente desesperada y no se me ocurría que hacer, recordé vagamente la "promesa" que le hice a Nahir e internamente me reprendí por no hacerle caso.
Era una completa inconsciente.
Estaba tratando de desenredarme, pero lo único que conseguía era apresarme aún más. Mi desesperación era tal que en mi última esperanza usé mis dientes para desgarrar las cuerdas. Al final lo logré y por fin me sentía libre, aunque bastante adolorida.
Me di cuenta que estaba muy lastimada debido a tanta batalla contra las cuerdas, así que decidí nadar a la orilla, me arrastré por la arena lentamente y sin remedio llenándola un poco con mi sangre.
Me recosté en esta mencionada unos minutos para recuperarme y cuando escuché a alguien venir decidí volver lo más rápido posible al agua con el solo objetivo se no ser vista.
Una vez dentro del mar y algo alejada de la orilla voltee y vi a una de las humanas que encontré ayer viendome con sorpresa grabada en su rostro, aterrada di la vuelta y me fui nadando ocultandome entre las olas.
Fallé catastróficamente en mi objetivo.
No pensé que ese simple encuentro me traería demasiados problemas en un futuro cercano.
