6. Besos pícaros.

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Mientras el guardia y yo tratábamos de reanimar al tritón herido, Nereida había ido en busca de ayuda llevándose a los pequeños infantes que habian venido al escuchar el alboroto.

Siendo honesta conmigo misma, Troy no se veía nada bien y si no fuera porque se notaba que aún respiraba —cabe destacar que con irregularidad— diría que estaba sin vida.

—Debemos hacer algo.—Comenté preocupada por la fragilidad que aparentaba el tritón en el suelo.—Está demasiado pálido.

—Será mejor esperar a los sanadores y no moverlo, princesa Merlia.—Contestó el guardia que reconocí viéndolo bien como Percy.—No es conveniente que tratando de ayudarlo lo perjudiquemos más.

—Tiene razón.—Murmuré.—Apresurence por favor.—Hablé para mi misma.

En ese momento llegaron Nahir y Mauren junto a un sanador, que reconocí por sus llamativos collares de caracoles. Este mencionado se ubicó al lado de Troy y revisó sus heridas, vendó las que se veían más graves con algas que no había notado traía consigo.

Nahir se acercó y colocó un brazo alrededor de mis hombros dandome consuelo, mientras Mauren se puso a mi otro costado.

—Tranquila Lia, el estará bien.—susurró Nahir en mi oído.

Voltee el rostro y nos quedamos cara a cara viendonos fijamente, le dí una pequeña sonrisa de agradecimiento y el me vio con amor y ternura.

—El vivirá—El sanador rompió el contacto visual entre Nahir y yo.—, las heridas más grandes dejarán algunas cicatrices y una que otra secuela, ahora debemos llevarlo al castillo para poder atenderlo mejor.

Entre Mauren y Percy lograron llevar cargado a Troy lo más cómodo posible sin tocar ni rozar sus heridas.

Nahir seguía a mi lado con el sanador siguiéndonos, al pasar por la entrada del reino encontramos a las gemelas y a un guardia acompañandolas, supuse que los demás fueron a llevar a los pequeños a sus hogares.

Fue lo mejor.

Estos tres individuos se acercaron a nosotros para seguirnos camino al palacio, fuimos nadando veloces a traves de todo el reino y con muchas miradas indiscretas sobre nosotros al ver al tritón que se encontraba desaparecido.

Una vez en el castillo nos dirigimos a la sala de sanación, ahí lo siguiente fue colocar el cuerpo del tritón en una mesa de piedra. Las gemelas y el guardia que las acompañaba se habían quedado afuera, Percy salió de la habitación junto a Mauren al dejar al tritón, este último me dio un apretón de manos al salir.

—Princesa Merlia y comandante Nahir, creo que deberían ir a notificar al Rey y a la Reina.—Nos comunicó el sanador amablemente.

—Por supuesto, si necesita cualquier cosa pídalo con confianza.—Le dije de igual manera.

—Gracias por su preocupación, majestad.—Dio una reverencia y regresó a la mesa de piedra para atender al tritón.

—Vamos con tus padres, cariño.

Nahir me tendió la mano y la tome con firmeza, nos dimos una sonrisa y procedimos a ir al salón del trono.

Cuando estuvimos en la entrada de dicha sala los guardias nos hicieron una reverencia y nosotros seguimos nuestro camino, mis padres se encontraban en sus tronos correspondientes.

Nos vieron con sorpresa y noté que estaban satisfechos viendo nuestras manos juntas —rode los ojos disimuladamente— luego Nahir y yo realizamos una reverencia.

—Hijos míos, saben que ustedes no deben hacer obligatoriamente una reverencia, después de todo dentro de poco estarán ustedes ocupando estos puestos.—Comentó mi padre con felicidad.

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