5. Hallazgos.

42 7 0
                                    

Nadé velozmente en dirección a casa de las gemelas, lo más seguro es encontrar a Nerea en una crisis de nervios y a Nereida tratando inútilmente de que se tranquilice.

Lo único positivo era que iba a llegar con buenas noticias y al divisar la vivienda pude respirar con tranquilidad. Aunque esto desapareció automáticamente al ver a Nerea venir a mi encuentro con expresión molesta.

—¿Se puede saber por qué tardaste tanto? ya va hacer el mediodía y todavía debemos buscar a los niños.—Exclamó sumamente enojada.

Ella no tiene derecho de gritarme.—Pensé disgustada.

—En primera, debes dejar de hablarme como si fueses mi madre y en segunda nosotras somos amigas Nerea, es más mejores amigas, pero no permitiré que me sigas hablando así.—Respondí ahora enojandome.

—Merlia lo lamento, pero sabes que esto es importante para mi.—Contestó culpable.

—Está bien, tranquila y en mi defensa no fue en vano mi tardanza—Me tranquilice y sonreí forzadamente.

»Mis padres nos dieron permiso para realizar las pruebas a las afueras, pero no muy alejados—Recalqué.—y también estaremos acompañados de algunos pocos guardias para más seguridad, tanto para los pequeños como para nosotras.—Concluí.

—¿Y quién nos acompañara?.—Preguntó aún apenada.

—Nahir y unos tritones de los cuales no recuerdo el nombre ahora, es posible que Mauren también, aunque aún le debo preguntar.—Reí nerviosamente al final.

—¿Nahir? ¿por qué lo invitaste? Sabes que no me lo llevo bien con él.—Se encolerizó otra vez.

Poseidon ayudame a controlar su mal genio.—Rogué girando los ojos.

—Fueron mis padres, ellos dicen que debo pasar más tiempo con el antes de la boda.—Expliqué cansadamente.—¡y Por Poseidón! El no te ha hecho nada Nerea.

—Me molesta que te vayas a casar con él, porque lo haces porque tus padres te obligan.—Contestó segura de sus palabras.

—Es mi deber Nerea, para poder heredar el trono debo estar casada y mis padres creen que Nahir es la mejor opción. Yo lo quiero mucho, el es bueno conmigo, es caballeroso, es detallista y no es nada feo.—Me encogí de hombros al final.

—Pero no lo quieres como esposo, ¿No crees que estarías jugando con sus sentimientos?.

—No sé que responderte a eso sinceramente, pero lo único que sé es que me casaré con él tarde o temprano.

—Él tiene sentimientos muy grandes por ti y no son correspondidos, el día de tu boda no cuentes conmigo.—Habló seria.

—Es tu desición—Contesté dolida.—dejando eso de lado ¿Qué falta por hacer para las pruebas?.

—Ya todo está listo, Nereida me ayudó con todo mientras te esperábamos, deberíamos buscar a los menores en lo que llega tu precioso prometido y los guardias.— Habló con un poco de sarcasmo en su voz.

—Tampoco te pongas así, pero igual busquemos a Nereida y tomemos camino.

Entramos a la residencia de las sirenas y nos encontramos con Nereida comodamente sentada viéndonos con atención.

—¿Ya terminaron con su pequeña pelea de lado? Se nos hace tarde, por si no se han dado cuenta.—Dijo Nereida con el ceño fruncido y levantándose.

—Eso no importa ahora Nereida, debemos ir a las viviendas para buscar a los niños.—Ordené firmemente.

—Sonaste igual a tu padre—Comentó Nerea viendome risueña.

SirenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora