Capítulo 3

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CAPÍTULO 3 - RESCATE 

Reescrito

...

-¿____-sama? - Sakura volteó su mirada a mí. Ambas estábamos tensas. 

Carraspeé, colocando mi puño ligeramente en mis labios, como si tosiera. Ahora mismo deberíamos de comenzar a formar los escuadrones de ataque y decidir el día, la hora y la manera en la que llevaríamos a cabo el atentado.

-Sigamos escuchando.- Por suerte mi voz salió bastante neutral y controlada. Ella simplemente sonrió levemente y volteó su mirada al ser que se postraba sobre nuestras cabezas.

Seguí sus acciones, cayendo en cuenta que el "director" comenzaría a una nueva charla.

Parecía ser un inútil discurso de cierre sobre la necesidad de un buen ejercicio y adiestramiento. Palabrería y más palabrería, en realidad. 

-¡Y como plato final...! - Ese flacucho seguía hablando. ¿No pretendía finalizar ya? Suspiré y afilé la mirada sobre "Padre"... Vaya nombre más original -¡Se les dará a su pequeño objetivo en bandeja de plata! Pero claro, para obtener el gusto de la victoria tendrán que acabar con la competencia: ustedes mismos. -Abrí mis ojos levemente. 

Una prueba bastante repetitiva en Monguiri: todos contra todos, vida o muerte. Estas "actividades" son llevadas a cabo durante festividades -como Año Nuevo- y buscan, principalmente, reducir el número de bocas. Uno podría asimilarlo a una batalla de gladiadores, pero más efusiva y desorganizada. 

Sin embargo, no tiene sentido ahora mismo. ¿Por qué querríamos reducir números? Es estúpido. Definitivamente, ese sujeto no quiere hacer una simple prueba de diez minutos. Él  quiere algo más, su sonrisa expectante lo delata. 

Nos mira como a un repertorio de armas, tan finitas y organizadas, esparcidas por su inventario y a la espera de ser utilizadas. 

-Sin más que esperar... ¡Inicien! -A este punto el sujeto ya había dado la orden de partida, sin dejarnos cuestionar nada. 

Como si ya lo esperara, el flacucho elevó sus manos, solamente para ser recibido por un potente golpe que atravesó el techo y lo estrelló contra el suelo de concreto, rompiendo su pequeño escenario volador en el camino.  

Todos nos quedamos quietos, sin saber exactamente qué hacer.

Los escombros salieron volando pero fueron evitados fácilmente por cada uno de los presentes. Bueno, restando a las desafortunadas cocineras, mujeres que quedaron entre el fuego cruzado, sin la habilidad para salvarse. 

Sin embargo, en donde el impacto se había dado, el humo se levantaba... Un humo dorado, demasiado vistoso, brillante. 

-¿Qué esperan, niños? -Así que no está muerto. Su voz se escuchó detrás de nuestras nucas, tan lejana, como un susurro.

Giré sobre mis talones, evitando un potente y veloz golpe que planeaba romper mi cráneo.

Estiré mi cuerpo hacia el atacante y asesté un golpe el doble de fuerte en su mentón. Vi su cuerpo caer al suelo, con la quijada fuera de su sitio y delicadas líneas de carmín resbalando de las comisuras de sus labios. Quedó fuera de combate. 

Seguí esquivando de derecha a izquierda, arriba y abajo. Mientras más golpes evitaba, más víctimas caían a mis pies. 

Definitivamente, nadie se tomó las molestias de cuestionar lo que hacíamos. Era una orden, una que debía de ser cumplida en tiempo y forma: ahora mismo y sin dubitativas. 

Shinee! [Bakugou x Lectora]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora