CAPÍTULO 2 - INCONFORME
Reescrito
Me llevé las manos a la cara, restregando en mi somnoliento rostro el agua helada del grifo. Levanté la mirada, adormilada, y en el pequeño espejo que colgaba de la pared pude visualizarme: piel blanca y deshidratada, labios resecos y una nariz un tanto roja, con un maldito moco escapando de uno de los orificios.
Me veo como la mierda. Estoy segura de que moriré por algún virus infeccioso.
Pasé una fugaz mirada a mis ojos, azulados, con un par de ojeras oscuras y arrugadas. Qué puto asco.
Mi cabello, de un tono carmín deprimente, se deslizaba por mis hombros hasta topar con mis codos. Estaba todo reseco y totalmente desaliñeado. ¿Cuándo fue la última vez que me arreglé las puntas? Espera... Nunca.
Me sentía de la re-mil cagada, como ya acostumbraba.
Me di la vuelta, dispuesta a entrar a la regadera. Así hice.
La ducha no tomó más de cinco minutos. Un poco de shampoo y una pasada de mi bella barra de jabón con aroma a cítricos y proseguí a cambiarme con el regular atuendo de Monguiri: una pequeña blusa blanca y un par de pantalones verdes -caca-; una chaqueta gris, decorada con un par de bolsillos a los costados de los muslos; un par de botines negros, impermeables; y mi tarjetilla de identidad: un pin enmicado en el que está escrito tu ID de recluta.
"S4".
Me acomodé las mangas de la chamarra y subí el cierre. ¿Quieres saber por qué? Hace un puto frío de la chingada.
-Terminé.- Dije al aire, indispuesta a salir por aquella puerta de metal, pero me obligó un pequeño y castroso chillido.
Cada mañana, exactamente a las "7:00", suena el primer pitido, transmitido por los altavoces. Tienes diez minutos, después de eso sonará el siguiente, y cinco minutos después -al tercero- se abrirá la cafetería.
He de decir que los alimentos son limitados. Si no eres de los primeros doscientos en llegar, te quedarás sin desayuno.
¿Y cuántos somos ahora mismo? La semana pasada traspasaron a los reclutas del Monguiri de Musutafu, así que ahora mismo hay cuatrocientos cincuenta y nueve.
Al parecer, era una pérdida de dinero mantener pocos niños en una sola instalación, por lo que optaron en rellenar los espacios libres en esta sede.
Es una joda, en realidad. Los de Musutafu siguen demasiado bravos y reacios a acostumbrarse, lo que los hace un grano de arena en el trasero.
Mis pasos resonaban por las paredes del pasillo.
-Buenos días, Snake.
-Buenas, jefa.
¿Eso..? Supongo que ya se habrán dado cuenta: finalmente soy de rango S. Me he ganado la admiración, temor y respeto de todos los de la base -o al menos la mayoría, algunos son mocosos irracionales-. Todas las mañanas, aquellos reclutas me saludan, dando pequeñas reverencias mientras nos dirigimos a la cafetería.
Olvidé decirlo: como rango S, no tengo que preocuparme por perder mi desayuno. Sin embargo, ellos sí.
Algunos pasaban apurados, abriendo y cerrando las puertas de sus habitaciones con ferocidad. No faltaban los que comenzaban a empujarse, aruñándose entre ellos como perras hambrientas.
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Shinee! [Bakugou x Lectora]
FanfictionEl orfanato "Monguiri" fue alguna vez uno de los lugares más lindos y acogedores; sin embargo, tras el cambio de director se vieron afectados los estándares y se expulsaron a más de la mitad de los infantes. Por suerte, _____ Snake fue una de las p...