Shinee! [Bakugou x Lectora]

Capítulo 4

Capítulo 4- ADOPCIÓN

Reescrito

...

Mantuve una arrugada mueca en el rostro, como si fuera a estornudar. 

Mis piernas se balanceaban sobre mis rodillas, mientras mis manos se agarraban a los bordes de la silla. 

Ahora mismo sería capaz de romperme un brazo de la desesperación. No aguanto el horrible y consternante silencio que reina en el aire. Es como el chillido de una mosca: molesta e inquietante.

Aquí, en un una bella recámara con hermosas vistas a la ciudad, paredes de ladrillo enjarrado y un hermoso decorado hogareño; nos encontrábamos sentados, en sillas de madera acolchonadas, mi escuadrón y yo, esperando a que el grupo de abogados entraran nuevamente por la puerta.

Ésta era la tercera vez en la que salían, con grandes enciclopedias y carpetas en mano. Decían que tomarían pequeños descansos y luego volvían, después de diez minutos, con un vasito de agua y una sonrisa sonrisa nerviosa.

De momento estábamos en compañía del mismísimo All Might, quien fruncía el ceño y no tenía su característica sonrisa Colgate.

Solo éramos nosotros y él, bajo la brisa congelada de una caja blanca llamada "acondicionador-kun"... ¿O era "acondicionado"? No tengo ni puta idea. El chiste es que ese pedazo de aluminio expulsa aire por una rendija. Ya tenía adormecidos mis músculos. 

¿Esa era la idea? ¿Hacer que perdamos la sensibilidad en nuestras extremidades y luego arrestarnos sin que opongamos mayor resistencia? 

-¿Qué nos cuenta, All Might-san? - Apreté los dientes por las burlonas palabras del chico de cabellos castaños. Ahora que le han sacado ese traje de enfermo psiquiátrico se ve más normal.

Eso fue hace una semana.

El día de hoy se nos había dado la noticia de que el señor All Might había salido de la inconsciencia y quería vernos para ¨platicar¨ sobre nuestro estado, etc... Excusas y más excusas.

-Guarda silencio.- Gracias a que él se sentaba a mi costado, tuve la grandiosa oportunidad de brindarle un fuerte codazo en las costillas. Estoy segura de que le he dado en uno de sus moretones. 

-Me gustaría saber los nombres de... aquellos que me mandaron a la inconsciencia.- Finalmente habló con nosotros después de unas largas horas de estar ignorándonos. 

Subió los codos a la mesa de metal frente a él, siendo ese el único objeto que nos separaba a ambos: Héroes y... ¿Militares? Realmente no tengo la palabra.

-No hace falta eso, ¿Verdad? Te los habrán dicho.- Sin embargo, yo tenía algo más importante que decir, ahora que se ha atrevido a mirarnos.- Discúlpanos. -Agaché la cabeza, intentando que se creyera mi disculpa. 

Debemos de aprovechar que no sabe -aún- de las veintitrés veces de intento de asesinato que tuvo mientras dormía tan cómodamente en su recámara de hospital. 

Es tan vergonzoso admitir que fallamos. 

-Sería lo ideal. -Su voz grave no causó bastante impacto en mi, ni en mis acompañantes. Por más que intentara, un solo héroe no lograría intimidarnos, ni aunque fuese el líder del ranking.

-Lo sentimos.- Atsu, Sakura, Henry y las gemelas se disculparon, agachando la cabeza en son de paz. 

Miré por el rabillo al castaño y éste asintió a regañadientes.