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Fueron los segundos más largos de su vida; Dazai habia visto ojos azules en muchas personas antes, pero esos ojos, los ojos del niño que yacía en el suelo, tenían algo, en ellos había algo que hacía que su corazón se estremeciera creando un sentimiento, un sentimiento de esos de querer proteger a alguien, protegerlo con todo su ser, pero esa mirada azul no solo le transmitía inocencia y pedía a gritos protección, sino también había un poco de enojo y tristeza.
¿Donde había visto esos ojos?

-Un niño no debería tener ese tipo de mirada... -susurró Dazai para si mismo, obviamente evitando que los más jóvenes lo escuchasen; pasó junto a Atsushi y se arrodilló para quedar a la altura del pequeño -soy Dazai Osamu ¿y tú?

Si, ese era su padre, con la misma sonrisa amable, la misma que hacía que su padre perdiera los estribos, una sonrisa que desde siempre los había calmado, pero con la diferencia de que el dueño de esta, no tenía ni una sola maldita idea de lo que él significaba, y no solo eso, ese tono de voz, jamás lo utilizo con él.
Cada vez que su padre, Dazai, se dirigía a ellos, utilizaba un tono amable y dulce, pero en ese momento su voz amable sonaba curiosa junto con su mirada, como si quisieran descubrir todos y cada uno de sus pensamientos, frunciendo el ceño miro hacia otro lado, evitando la mirada del mayor -Fumiya, mi nombre es Nakahara Fumiya...

-Vaya, es un hermoso nombre, ¿Puedo llamarte Fumi-chan?

-¿Fumi-chan? -Preguntó Atsushi curioso

-No, no puedes, ese tipo de apodo estúpido es solo para niñas -dijo Fumiya un poco molesto -por si no lo has notado, no soy una maldita niña.

Los ojos de Dazai se abrieron de par en par y su risa fue lo único que hizo eco en el lugar -Sabía que tenias un carácter fuerte -dijo pasando su dedo índice por uno de sus ojos para quitar la pequeña lágrima. -debes ser todo un reto para tus padres.

**EN PAUSA** You will always be You  [Soukoku-BSD {Mpreg}]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora