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Iba de camino a mi casa, mientras traía las medicinas de mi madre, estaba trabajando en un lugar llamado "Queen ice".

La gente en ese lugar era muy amable, y también me gustaba conversar con una señora rubia llamada Olivia, desde que la conocí ha sido de gran ayuda, aunque me daba mucha pena aceptar su ayuda ella me insistía mucho y me daba algo de dinero para comprar las medicinas de mi mamá, o incluso cuando no comía ella me traía un lonche, ella tenía dos hijos al parecer que siempre se la pasaban peleando, yo me llevaba bien con la peli negra de nombre Emma, quien era igual de amable que la señora Olivia, también tenía un hijo llamado Eithan, él era muy amargado y arrogante.

Emma me contó un secreto que me impactó demasiado, ella era adoptada, eso explicaba el porque no se parecía a él papá ni a la mamá.

Hay muchas cosas que me contó, como que antes de que la adoptará esa família tenía un mejor amigo llamado Alexander.

Ella y yo teníamos un gran parecido en algo, los dos toda nuestra vida nos la pasamos sufriendo.

Sonreí recordando todo eso pero esa sonrisa desapareció cuando escuche un estruendo en la puerta de mi casa, abrí la puerta alarmado y vi a mi padre quien había lanzado a mi madre a la puerta dejandola inconciente.

-_¿Q-qué... Hiciste...? -_Mis ojos se cristalizaron y me acerqué rápidamente a mi madre para revusar su pulso-_Aún respira...-_Suspire aliviado.

-_Oh, que desgracia.-_Murmuró mi padre, lo miré con odio y me levante.

Me acerqué enojado e intenté golpearlo pero detuvo mi mano y sonrió.

-_Cometiste un error.-_Y sentí como mi gran infierno comenzaba de nuevo, pero está vez, peor.

Lo siento Sandra, no podré cumplir mi promesa...

¡Hey, Idiota!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora