La tarde transcurrió tranquila, Berlín Chippher tomaba té servido por su más nueva esclava, Herliz. Realmente era una joya para él, era respetuosa y obediente, si decía ladra, ladraba; si decía rueda, rodaba, todo monstruo que la veía pedía que se la vendiera, incluso el Bebé tiempo le había pedido que se la diera. Su belleza era grande, incluso mayor a la de su esposa, realmente está feliz por eso, nunca había tenido una esclava semejante: una que nunca se quejara a sus espaldas o tratara de escapar.
-vez, no es tan malo vivir aquí ¿verdad, querida?- dijo sonriendo.
-...si usted lo dice, es verdad...- respondió en tono melancólico.
Frunció el ceño, soltó su taza de té y le dio una fuerte bofetada. Estaba harto de ese tono de su voz, desde que había llegado, solo la pasaba triste y aunque le gustaba atormentar a los seres ''inferiores'' a el, ella realmente le había despertado cierto aprecio y odiaba verla tan infeliz, ya había escuchado desde días anteriores de parte de otras sirvientas que solo lloraba en su alcoba, una suite que le dio como regalo a su buen comportamiento.
Ella solo se quedó viendo a la nada un momento sin expresión en su rostro más que la amargura, se agacho a recoger los trozos de la taza.
-¿Qué te pasa?...-ya estaba cansado, -¿¡porque ya no sonríes como antes?!, tu tratabas de ser feliz, ¡observe tu vida entera y eras el ser más amoroso y alegre que existía!, porque, dime porque ya no lo intentas, te he dado cosas que jamás le entregaría a nadie: flores, peluches, atención...respetarte........¡respóndeme!- su pelo se tiño de rojo y sus ojos reflejaban rabia.
-... ¿debería ser feliz con jaula de oro?- se levantó y miro fijamente a su amo, su mirada era una infeliz pero aun llena de amor y compasión por todo lo que la rodeaba. Puso los trozos de la taza rota en una bolsa negra y fue a tirarlos, a los pocos momentos se perdió de vista.
El se quedó solo, con sus muebles de pieles, su ventana que dejaba ver toda la dimensión de las pesadillas y su tabaco que estaba en su mano.
-...no entiendes que me duele.....porque te amo- soltó humo de aquel tabaco por su boca decaido.
Todos escuchaban atentos la historia de aquella niña que decía con detalles sobre su vida, una marcada por el tráfico de personas, por ello las marcas de cadenas, su pelo blanquecino se movía alocadamente por la rápida forma en que desplazaba su cabeza de lado a otro mientras contaba la historia de su madre y como llego a la tierra.
-pues, mi madre fue vendida como esclava después de ser robada y termino en la tierra, no recuerdo a mi padre, creo que era un gnomo... ¡pero bueno!, después de que naciera mi madre murió. Cuando me encontraron ya tenía cinco años y vivía en el bosque así que me obligaron a ir al mercado negro de la dimensión 8-f como mercancía y termine siendo sirvienta, luego una pareja me adopto y vivo feliz- concluyo con una sonrisa.
-entonces, si eres feliz en esa dimensión, ¿Qué haces aquí?- pregunto Stanley.
-pues- bajo la vista,- mi dimensión sufrió el ataque de una estrella de sangre y lo destruyo todo, al menos la mayoría estaba en llamas y destrozado-.
-pobre deben ser esas criaturas muy malvadas, pero aun así, ¿Por qué aquí?- dijo Pacífica.
-y que tiene que ver con mi hermana- añadió Dipper.
- espera, ¿viste una estrella de sangre?- interrogo realmente fascinado Ford.
-esta dimensión es tranquila, esto tiene que ver con tu hermana porque corre peligro ella y toda la humani huamidad, ¡ahg como se diga esa palabra!, y si, las eh visto-
-¿cómo son? ¡Dime como son!-
-cálmate viejo, la asustaras con tu cara de cerebrito enamorado-
Todos rieron ante esa idea de Stanley a excepción de Ford.
-les diré lo más importante de una estrella se sangre, son posesivas, sentimentales en el fondo y no destruyen cosas por gusto, solo obedecen ordenes, si una gran cantidad de personas desean la destrucción de su planeta o se registran demasiados delitos que hayan llevado a sus habitantes a tres guerras mundiales, se destruye.- concluyo con una sonrisa- pero siempre se llevan a una criatura como su ''protegido'' y lo cuidan hasta el final de sus días-.
-espera un momento, esa estrella de tu espalda es...-.
-si, es mi marca de pertenencia, le pertenezco a una estrella de sangre y la amo, ella me cuida aunque puede ser cruel. Pero ese no es el punto, Dipper, tu hermana posiblemente sea el blanco de una estrella de sangre y este mundo está a punto de ser echo cenizas- lo miro con seriedad.
Todos la miraron impactados, sin la capacidad de articular palabra alguna. – veraz, mi estrellita casualmente se encontró con tu hermana cuando venía a revisar el planeta y sus condiciones de política, recursos, etc. Y se encariño con ella....y no creo que el planeta tenga probabilidades de sobrevivir al sello de la poderosa star queen y Mabs de escapar de mi Pan- dijo haciendo una reverencia al decir el nombre de su estrella. – que se allá ido de viaje es una suerte-.
Dipper no espero más y llamo al celular de Mabel, -vamos, responde-
Pacifica lo miro triste, luego se fijó en algo del piso y abrió sus ojos completamente -no servirá....-.
-¿Por qué no?-
Pacifica suspiro triste y decepcionada, se acercó, se agacho agarrando el objeto, y cuando se reincorporó mostro en celular de Mabel.
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the revenge of the stars
Fanfic-''estrellita no vengas más, no quiero desangrado morir como los demás''- cantaba una voz de una mujer que acariciaba fotos y recortes. la venganza estaba en su sangre y pensamientos y solo sonreía en pensar en un castigo para los demonios y humanos...