Primeras impresiones

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IMPORTANTE: La historia ha sido publicada por la Editorial Samarcanda, del Grupo Lantia Publishing, por lo que solo puedo dejar los primeros 8 capítulos en la plataforma. ¡Dale una oportunidad y no te arrepentirás! Y si te han gustado estos primeros capítulos o ya las has leído, no olvides dejar un comentario, recomendación, like o cualquier otra muestra de apoyo. Vuestra difusión es mi mayor recompensa.

Puedes adquirirla pidiéndola en tu librería habitual, en Amazon, Libros.cc, GooglePlay, Kobo, Agapea, El Corte Inglés, iTunes, La Casa de Libro, Fnac:

Físico: https://www.amazon.es/En-Busca-Esperanza-Marina-Tirado/dp/8417103686/ref=tmm_pap_swatch_0?_encoding=UTF8&qid=&sr=

Ebook: https://www.amazon.es/En-busca-Esperanza-Marina-Tirado-ebook/dp/B07HHG95GR/ref=tmm_kin_swatch_0?_encoding=UTF8&qid=&sr=

GRACIAS por vuestra comprensión, por vuestro apoyo, por creer mucho más en mí de lo que yo lo hago, pero sobre todo, gracias por hacerme volar. ¡Os adoro!

PD: Os dejo en multimedia el book tráiler de En Busca de Esperanza...

https://www.youtube.com/watch?v=VsVgktaVIDQ

Hecho por @Taniby. Gracias, Tanis. ;)

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La primera vez que lo vi yo tenía dieciséis años y pensé que era el hombre más guapo que había visto en mi vida. Sabía que era mucho mayor que yo, pero entendedme, las hormonas a esa edad no eran de gran ayuda...

Yo ya estaba en la piscina cuando de fondo creí escuchar a mi entrenadora de natación sincronizada gritar mi nombre, pero yo, totalmente embelesada con aquel tipo, no dejaba de mirarlo de ese modo descarado que tengo de mirar...

Mil veces me reñirían mis amigas, en aquel entonces y en el futuro, por no ser más discreta cuando me decían el famoso: "No mires, pero..." Y es que para mi subconsciente, esa frase es una clara orden para inspeccionar al dedillo aquello que los demás no quieren que mire. Juro que ni lo hacía ni lo hago a propósito, pero es algo que no puedo evitar.

Bueno, a lo que estábamos... Él era el HOMBRE, os lo aseguro, no he vuelto a ver a otro igual. Las féminas en la piscina suspiraban patéticamente cuando él pasaba por su lado y, seamos sinceras, yo lo hacía del mismo modo, sí, pero incluso más patéticamente, porque yo era una cría con granos en la cara y delgada como una tabla. Pero ahora no es el momento de centrarnos en mi físico, que ya tengo súper aceptado como el cien por cien de las mujeres adultas, nótese el sarcasmo...

Digamos la verdad, el ser humano es incapaz de verse bien, siempre tiene que sacarse un defecto y quien diga lo contrario, miente. Todos y todas en algún momento, por muy contentos o contentas que estemos con nosotros mismos, nos sacamos un fallo. Por ejemplo, soy súper desinhibida y me da igual los demás, me gusto tal y como soy, con mis cagadas y todo. Sin embargo, me gustaría tener las tetas más grandes. ¿Es un crimen? No, obviamente. El punto es que ahora me acepto mental y físicamente, es más, me gusto, pero siempre está esa cosita que tiene todo el mundo de sacarse un fallo.

Pero no nos desviemos del tema que me liais. El caso es que lo vi, lo vi en las duchas de la piscina, justo antes de meterse en las calles de nado libre. Y dejad que os diga una cosa, era espectacular. Cada uno de sus músculos definidos, moreno si tenía que serlo y alto, muy alto...

Claro que hay que pensar que yo tenía dieciséis años y lo veía como un adonis... A saber cómo estaba ahora. ¡Ja! Hacedme caso, si alguna cosa he aprendido a mis veintidós años, es que es un error dejar a mi mente calenturienta pensar.

No obstante, aunque pasó el tiempo y después de ese año jamás lo volví a ver, yo tendía a recordarlo sin previo aviso y en el momento menos esperado. Sin sentido ninguno, lo sé, pero así era... Daba igual cuantos años pasaran que su imagen volvía a mi memoria una y otra vez.

En Busca de Esperanza. (Publicada por la Editorial Samarcanda).Donde viven las historias. Descúbrelo ahora