V.

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El sábado por la noche antes del Día de San Valentín, Louis se acercó a la puerta principal de la Gruta de Londres con una tarjeta nueva de miembro en la mano. -Hola Patrick -dijo con una sonrisa al hombre joven, alto y desgarbado de la ventana.- ¿Cómo estás?

-Tirando -dijo Patrick arrastrando las palabras con su fuerte acento de miel. Asintió con la cabeza hacia la tarjeta en la mano de Louis.- Finalmente te uniste, ¿eh?

Louis, se echó a reír. -Pensé que podría, ya que estoy aquí casi todos los días de todos modos. No sería justo para mí seguir tomando ventaja de Harry así, entrando como su invitado todo el tiempo.

Después de esa primera tarde y la noche como invitado de Harry en la Gruta, Louis había empezado a pasar cada vez más tiempo ahí. Detenerse un par de horas después del trabajo se había convertido en un hábito. Ahora conocía a todo el personal y había sido más o menos adoptado por Earl, que se desvivía por él más que sus propios padres hicieron alguna vez.

Al principio, Louis había tratado de fingir que seguía yendo allí para alejarse de la conducta cada vez más errática de Stan. Pero no podía mentirse a sí mismo por mucho tiempo. La Gruta de Londres era un club bonito, limpio y acogedor con un ambiente relajante, sin la presión de la atmósfera, pero no era un lugar donde normalmente habría pasado tanto tiempo. Iba allí para ver a Harry, y todos lo sabían.

Louis continuó insistiendo tercamente que sentía nada más que amistad por Harry. Incluso estaba teniendo problemas para creer en eso.

-A Earl le hace muy feliz de que te hayas unido, apuesto -dijo Patrick tomando la tarjeta de Louis para escanearla.- Ha estado muriendo por tu firma desde el primer día.

Louis, enarcó las cejas. -¿En serio? ¿Por qué? ¿Es mi aspecto increíblemente bueno, o mi cuenta bancaria enorme?

-Culo inteligente. -Patrick le entregó la tarjeta a Louis.- A Harry le gustas, y a Earl recoger jovenes perdidos.

-Harry tiene casi veintidos -dijo Louis, poniendo su tarjeta en su billetera.- Difícilmente un niño, y sin duda menor que tú.

-Tal vez, pero se ve mucho más joven -. Le sonrió Patrick.-Hablando de Harry, dice que vayas a los vestuarios, que quiere tu opinión sobre que traje usar para su show de esta noche.

El corazón de Louis trató de saltar hasta la garganta. Se lo tragó. -Oh. Muy bien. Así que él es, eh, ¿no está siendo esta noche Eros?

-Sabes que cambia su actuación de vez en cuando, sólo para mantener las cosas interesantes. Has visto algunas de sus otras actuaciones -. Patrick se rió entre dientes.- Hombre, ¿cuándo vas a hacer un movimiento? Sabes que sería masilla en tus manos, ¿verdad?

La sangre coloreó las mejillas de Louis, porque sabía eso. -Vamos, Patrick, no lo hagas.

-Sí, lo sé. Stanley -Patrick sacudió la cabeza. -Yo no estoy diciendo una palabra, hombre. Ten una buena noche.

-Tú también. Nos vemos. -Louis, empujó la puerta abierta y se escapó en la penumbra acogedora del club.

Haciendo su camino a través de la barra, ya llena de gente, al pequeño vestuario detrás del escenario, Louis sonrió y habló con el personal y con algunos de los miembros que había llegado a conocer. Pensó, no por primera vez, que debía agradecer a Stan por traerlo aquí esa noche. Se sentía cómodo y aceptado aquí, aunque nunca hizo nada salvo sentarse en el bar y hablar con Harry. Y verlo desnudarse, se recordó Louis.

La idea fue suficiente para apretar las bolas de Louis. Se mordió el labio y obligó a su mente a ir lejos de los recuerdos de Harry como un ángel en esa libertina y obscena tanga y esas enormes alas blancas.

"Eros" -Larry StylinsonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora