Capítulo 4: Ella no está interesada

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Pasó un día y finalmente llegó el viernes. Mientras se acercaba a clases su cabeza daba vueltas, ¿Qué le diría al club de música? No faltaba mucho para su presentación, no podía darse el lujo de faltar a los ensayos, era la guitarra principal. ¿A quién debía temerle más? Por un lado estaba la maestra Laura, el desobedecerla la llevaría a una visita con la subdirectora. Por el otro estaba Antonio, el líder del club, cuidaba de todos, pero también podía llegar a ser algo estricto.

-¿Que debería hacer?-habló para sí misma mientras subía las escaleras.

-¿Que deberías hacer con qué?-Alan estaba recargado en el barandal.

-¡Ah!

-Rosa... ¿Cierto? Jajaja, siento haberte asustado

-Ah...-suspiró.- Está bien, sólo me sorprendí un poco.-subió el pequeño tramo que faltaba.

-Y, ¿Entonces?

-Oh hombre, estoy en un lío. Debo hacer la limpieza de los baños al terminar los clases pero también tengo ensayo con el grupo de música. Cualquiera de ambas parte me matará. No tengo idea de qué hacer, incluso te lo estoy cotando sin conocerte.

-Parece que alguien tiene un pequeño problema, ¿Eh? ¿Por qué no simplemente te olvidas de todo y me acompañas a algún lugar terminando de clases?-dijo rodeándola con el brazo.

Veamos, Rosa era bonita, aunque no tanto para tentar a alguien popular, pero tenía un cuerpo atlético. Alan seguramente podría divertirse un rato con ella.

-¿Qué? Gracias pero no gracias.-se quitó el brazo del chico.-La última vez que huí de mis problemas no me fue nada bien. Veré la forma de solucionarlo. Te veo luego.

Rosa siguió su camino hasta llegar a clases.

-¿Qué?-Alan estaba aturdido.- Seguramente otra chica más bonita que ella se moriría por salir conmigo. ¿Qué más da?

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