parte 4

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Ya era de noche, fue un buen día para practicar mi inglés ya que fuimos a una cena oficial donde el tenía que acudir obligatoriamente, al principio se sintió mal al decirme que teníamos que ir sí o sí pero le entiendo, como si no me pasara eso o a mi hermano que sin ser rey acude más que mi padre

Estaba algo cansada de sonreír a todo el que me saludara y por ser la prometida del heredero tenía que hacerlo todo el tiempo, me dolían los pies un poco por caminar tanto al dar un recorrido por el palacio que a decir verdad estaba muy grande

—Y aquí te quedarás —sonrio Stanley, su hermano

—Gracias ¿Sabes dónde está Stanford?, Desde que llegamos no lo eh visto

—No lo se pero de seguro que pronto viene—Aseguro

—Esta bien —dije desviando la mirada

—Bueno, me alegra que el cerebrito encontrará una educada novia —rio 

—¿Es un alago? —sonrei

—Claro, cuñada —me dió un abrazo sonriendo— tengo que irme pero nos veremos luego

—Claro, adiós —acenti y entre al cuarto

Era grande y la cama igual, estaba una sábana de color blanco con una línea de color azul oscuro casi llegando a negro, me senté mirando alrededor hasta que escuche la puerta abrirse

—Buenas noches, princesa ¿Hay algo en que pueda ayudarle? —menciono un hombre algo alto y delgado con traje elegante

—Algo para dormir estaría de maravilla —sonrei mientras el hombre salía de la habitación

Masajee mis mejillas, no estoy acostumbrada a sonreír tanto ya que por lo usual mi hermana va a los eventos ¡No yo!, Sobe mis cienes mientras miré mi teléfono sonar, lo tome enseguida

—Hola señorita me encanta el vino —rio mi hermana detrás del teléfono

—No quería hablar demaciado, odio las cenas llenas de personas por que siempre meto la pata —rei recordando una cena en la cual manche el vestido de una chica de alado 

—¿Y cómo va todo? —dijo con ese tono de que insinua que todo pasa cuando en realidad apenas tome su mano para bajar del avión

—Con suerte rozo mi mano —conteste con desánimo, si fuera por mí diría que saliéramos como la otra noche y terminará como aquel sueño del cual hasta el alma me dolió despertar

—No creo que te valla tan mal, no eres fea y además tienes una buena actitud; es imposible que no se fije en ti

—Se fije o no ya estamos casados como sea y jamás pasará de tener un papel firmado y un heredero —pose una mano en mi pecho, me dolía decir la verdad pero era así.. cuánto quisiera poder estar en otra realidad

—¿Cuándo regresas? —pregunto con desánimo

Supongo que mañana por la tarde

—.... Buenas noches... —susurro con pesar, sabe que me siento mal y ahora nada puede cambiarlo

—Buenas noches —Colgue Y me recargue en la almohada nada puede irme peor

Escuché que tocaron a la puerta y limpie las pocas lágrimas que salían de mis ojos extrañamente, suspiré y sonreí antes de abrirla

—Hola —sonrio Stanford cargando un par de cosas dobladas

—Hola —sonrei tontamente dejando que pasará, se que si digo ¡Buenas noches! Se me sale un mi vida o un te amo guapo

—Me dijeron que querías algo cómodo para dormir y te traje esto —dejo las cosas en la cama

—Te lo agradezco —sonrei de lado, dios mío qué sonrisa tan linda tiene el, esos lentes que caen en sus mejillas cada que sonríe.. dios mío

—¿Estás cansada? —pregunto al ver mi mirada algo perdida en la pared, yo tratando de no mirarte a los ojos que me desvío

—No del todo, creo que me duelen solo las mejillas —mencione sería

—¿Por que? —pregunto sacándome del trance de estar mirando sus extraños seis dedos que a decir verdad creo que le dan ese "no sé qué" que te atrae más

—No estoy acostumbrada a sonreír para tantas fotografías, creí que sería algo más tranquilo

—Tambien lo creí —suspiro— ¿Te puedo hacer una pregunta?

—Por supuesto —dije mientras se sentaba a mi lado

—¿Te parezco atractivo? —pregunto alzando una ceja, no mi vida me pareces delicioso, me pareces tan guapo que ahora mismo quiciera que fueras chocolate para comerte de un bocado

—Claro que si —dije calmada, no se me valla a salir un ¡Que si bombón!— ¿Yo te parezco atractiva? —pregunte acercandome a él esperando un si para darle un beso de una vez

—Yo.. —dijo pero tocaron la puerta, me lleva la... — regreso en un rato

Acenti desganada y era Stanley con unos papeles en mano

—Esto no creo que les guste —dijo con una mueca notablemente triste

Mi principe ¡SOLO MIO! «Ford & Tu»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora