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Tras un montón de caídas y un montón de daños irreparables que no lograron sino arruinar mi corazón desarrollé un miedo ilógico e irónico a amar, ¿a costa de qué se supone que debo amar? La respuesta que encuentro parece ser capaz de siempre hacerme sentir aterrorizada, sabiendo que el precio de amar siempre será el dolor del final y, aún así, cuándo lo veo a él y veo la forma en que se ilumina su mirada o escucho la exquisitez que llega a ser el sonido de su risa me encuentro despreocupada sabiendo que encontré a la mejor persona para volver a romperme el corazón.

Notas de un corazón rotoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora