La propuesta

XII

Lexa

Alguna vez se han preguntado ¿Hacer lo correcto se sentirá bien? Bueno, yo les puedo decir que hice lo correcto y no... Tal vez es una variable dependiente de la circunstancias, en mi caso particular no, hacer lo correcto no me hizo sentir bien sino lo contrario, ahora mismo estoy dejando atrás a la única persona que sin pretenderlo se me metió en cada fibra, ¿Qué si es ilógico? Si, si lo es... como una persona puede pasar de ser un eslabón más en la cadena alimenticia en la que tu eres la cabeza a ser lo más importante para ti en esa cadena en tan solo un par de días, por el cielo, solo pensarlo en voz alta me parece lo más absurdo.

Saben que es lo peor de tratar de hacer lo "correcto" que eso me hizo perder la única forma tangible de ternarla, de tener lo que por todos es anhelado. Loca, la vida es una maraña de locuras que lo hacen a uno pensar cuál es el verdadero grado de entropía de la misma. Aquí estoy yo, Alexandra Woods editora de una de las editoriales valga la redundancia, mas importante de Estados Unidos de camino a ser deportada a Canadá y si fuera poco, sin trabajo seguro, sin el amor de ella y claro como no con este agente de inmigración jodiéndome como un grano en el... lugar mas estorboso y sensible de mi anatomía, si es que se puede decir de esta forma si sonar burda y mal hablada.

—... Enserio que me ha sorprendido que confesara... — decía el señor Jaha

— Si soy sincera, no lo hice por usted que lo sepa, el que usted señor Jaha estuviera allí solo fue... un incentivo para hacer lo que tenía que hacer, pero eso no quiere decir nada más allá de eso. — le vi sonreír con prepotencia al muy... señor.

— Sabe señorita Woods pensé que llevaría esto hasta las últimas consecuencias, digo ya había extorsionado a la chica, solo me pregunto ¿por qué no terminar lo que empezó?

— Eso señor es algo que no es de su incumbencia, ya tiene lo que quiere. Limítese a realizar lo que vino hacer y ya está. Solo le pido una cosa y es que Clarke no salga perjudicada, yo fui quien hizo todo.

— Tiene razón eso es algo que no me importa y por eso no se preocupe, el padre de la joven ya se encargo de todo. —  Claro que él lo hizo. —... Una cosa más, ya mande un mensaje a mi secretaria para que apartara un vuelo a Canadá, una vez me responda le confirmare para que este lista, ah y por cierto va estar custodiada hasta que esté en el avión de ida a su país, ya sabe para que no se pierda. No es personal, solo no hay que correr riesgos.

— Si ya, no se preocupe únicamente arreglare las cosas en la oficina y estaré lista para mi partida no creo que sus medidas de seguridad sean muy necesarias.

— Es un procedimiento común, y claro que puede hacer todo lo que tenga que hacer hasta el momento que le toque retornar a su país de origen.

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Clarke

— ¿Raven? Que estupendo es escuchar tu voz.

— Dichosos los oídos rubia... ¿cómo vas con tu boda?

— Justo por esos te llamaba, ¿O está contigo?

— No ¿por?

— Necesito que vosotras me hagan un favor.

— Rubia sabes que puedes contar con nosotras para lo que necesites, dime que es... ¿Necesitas que te hagamos pasar por muerta para no casarte? ¿Qué te rescatemos sin documentos ilegales de la boda? ¿Qué secuestremos a Maléfica? Solo pídelo.

— No es nada de eso Rav, mas bien lo siguiente...

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Raven

— Espera, espera... creo que no he escuchado bien o me perdí en mitad de la historia... cuenta más despacio porque creo haber escuchado que nuestra amiga Clarke se ha enamorado de Alexandra Maléfica Woods. — esa fue una Octavia sorprendida hablado, digo yo sé que soy latina pero creo que mi ingles es lo suficientemente bueno para manejar cualquier tipo de conversación.

­— No O, así como lo has entendido así es.

— Y yo que pensé que había visto de todo en esta vida, ahora si puedo morir tranquila he visto de todo.

— No seas tan dramática ¿quieres?

— ¿"Dramática"? dime cual fue tu reacción cuando ella te dijo eso... — por mi cara y mi silencio creo que me delate. — Eso pensé. Y me dices que Clarke te pidió que como podamos retrasáramos la ida de Lexa.

— Si, básicamente parece que me has escuchado a la perfección.

— Y bien ¿Cuál es tu plan?

— O, solo por curiosidad ¿crees que si tuviera un plan pensado te pediría que me ayudaras?

— Bueno ahora no se me ocurre que hacer tampoco, solo déjame y pienso... Oye y por cierto, ¿A qué hora dijo Clarke que estaba de regreso?

— Me dijo que el vuelo que encontró más cercano es a las 8am y que alrededor de las 12pm estaría aquí.

— ¿Cómo le vamos a hacer si no sabemos siquiera a qué hora es el vuelo de Lexa a Canadá?

 —  Ese O, es tu trabajo, digo yo no soy la que trabajo en el mismo lugar que la chica de Clarke... y ese sin duda seria un primer comienzo para maquinar un plan de contingencia.  

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Clarke

Esa noche estaba un tanto ansiosa, más que nada el volver a ver a Lexa me tenía así, no sabía cómo iba a ser el reencuentro, solo esperaba que mi madre tuviese razón y ella se sintiera por mí como yo me sentía de afectada solo con su mera presencia.

— Sabía que estarías aquí.

— Nylah, ¿Qué haces aquí?

— Buscándote obvio, ¿Cómo estas después de lo de hoy?

— No sé qué quieres que te diga

— La verdad, supongo que sería lo correcto.

— Me siento pésimo, pero no por las razones que quizás todos piensan.

­— Y entonces ¿por cuales Clarke?

— Porque de alguna manera el haber perdido a Lexa me hizo entender que sentía cosas por ella y que quizás esté a punto de perderla por no verlos a tiempo.

— Y crees que vale la pena ese sentimiento con todo lo que ella te hizo... Clarke si tú me dejas yo podría...

— Sabes Nylah yo sufrí mucho cuando te perdí y te supere, supere lo nuestro, supere este pueblo, a mi padre y... No creo que volver sería bueno, no sería buena compañía para ti ni para nadie que no sea Lexa.

— Ya veo, lo que no entiendo es cómo piensas ser buena compañía para alguien que no sabes si es buena para ti... yo por lo menos no te he olvidado Clarke.

— Pero yo si... y sé que quizás estoy siendo borde y ruda pero es así. Yo te quise y no funciono en su tiempo, ahora es tarde para un nosotras, así que quizás esta sea la última vez que nos veamos.

— Te deseo suerte entonces, ya que lo nuestro no pudo ser, espero que tu y Lexa si tengan una esperanza.

— Créeme que yo ruego al cielo por eso también.