Capitulo III

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Clarke

Toque a la puerta del departamento que comparten mis dos mejores amigas Raven y Octavia, luego de tocar dos veces apareció tras la puerta Rav quien me miro y de inmediato se dibujo en su rostro la sonrisa de no sé como hiciste lo que me contaste y aun no creo que sea cierto, pero cuéntamelo todo. Aunque parezca que una mirada no puede decir algo tan largo y complejo como eso créanme que si conocieran a Raven a la perfección como yo sabrían que si es capaz de transmitir esa información con solo una mirada.

- Hola Rav, ¿Dónde está O? – no tarde mucho en decir eso cuando la aludida levanto la mano desde el sofá en el que se encontraba recostada con todo listo para nuestra noche de chicas.

- No me vengas así rubia, mientras venias en camino nos dijiste algo y ahora queremos todos los detalles. – mascullo la latina

- Ya se los dije ¿no?

- Creo que no dijiste mucho tampoco ¿eh? – dijo la latina

- Pues yo concuerdo con Rav, ya sabes eso de "Chicas me caso con cruela" no es que sea muy detallado. – dijo O, a lo que Rav asintió.

- Bueno les contare si por lo menos me dejan pasar, sentarme y disfrutar de los bocadillos que tienen listos.

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Luego de pasar toda la noche hablando con mis amigas y decirles a detalle todo lo sucedido ese día de locos tomando un poco de vodka para quitarme lo liada que tenía la cabeza. Cuando se hizo hora de irme me despedí de ellas para ir a mi propio departamento y desde ahí ponerme en contacto con mi madre para decirle que alguien me acompañaría.

- Mama, hola de nuevo

- ¿Clarke, cariño que sucede?

- Nada mama es que tenía que decirte algo...

- sabia que algo rondaba esa cabeza tuya, dos veces en un día ni en mi cumpleaños hablo tantas veces contigo.

- Mama... eh... veras lo que sucede es que ya no voy el fin de semana como quedamos, me voy antes. En realidad nos vamos... llevare a alguien si no te molesta.

- ¿Con alguien? Traerás a alguna novia o novio para que nos conozca...

- Es complicado... ese día hablamos ¿sí? Por cierto llegare el jueves así que te confirmare la hora del vuelo.

- Bueno mi amor nos vemos, besos cuídate cariño.

- Okey mama, chao besos.

Aunque cada vez estaba más segura que lo que sucedía a mí alrededor no era un sueño, loco y descabellado, no me creía que me casaría con mi jefa... Alexandra... si me hubieran dicho eso esta mañana cuando me dirigía a la oficina no bajase loca a esa persona y ahora veme aquí, Dios que locura tan grande estoy a punto de cometer. Con esos pensamientos entre otros pase toda la noche con la cabeza hecha un lio hasta que me quede dormida.

Muy temprano sonó la alarma y me sobresalté, eso era un sueño o real pensé, pero no tarde en volver a la realidad cuando me llego un mensaje de mi jefa Alexandra diciendo que si ya había reservado su tiquete de avión para nuestro viaje a Alaska, a lo que yo respondí que hoy me encargaba al ir a la oficina.

Después de alistarme y entrar a la sección de oficinas que queda frente a la de Alexandra mi jefa, todos me miraban nada más pasar y murmuraban entre ellos. Vamos Griffin no hay que ser muy inteligente para saber cuál es la razón de la que hoy seas la comidilla de todos. Me riño mi subconsciente.

- Vaya Clarkie si que te fuiste bien alto. – comento Murphy un compañero de trabajo un tanto como se podría decir de la manera más civilizada ¿Imbécil? Ante el comentario lanzado por Murphy todos rieron.

- A ver, estas no son horas de armar relajo caballeros. A trabajar. – escuche la voz de la persona que me puso en esta situación al entrar a la sala y pasar a través de los cubículos de mis compañeros de trabajo. – Griffin, acompáñame a la oficina. – mire de reojo a Murphy y vi como este me giño el ojo con picardía

- Bien. – la seguí al interior de su oficina

- ¿Y bien? ¿Ya me apartaste el vuelo en primera clase para viajar a... ese donde sea que vivas? - pregunto Alexandra nada más entrar

- Ya esta, viajamos mañana a las 10am. - informe

- Bien, mañana te espero aeropuerto puntual. Eso es todo. – se sentó frente a su pupitre mientras me hacía con un gesto de la mano para que saliera.

El resto del día transcurrió lento teniendo que aguantar los comentarios de Murphy y Jasper cada dos por tres durante todo el almuerzo y las horas de trabajo, llego la hora de salir y mande un mensaje para avisar a mama a qué hora llegaría con mi acompañante para que nos recogiera. Fui a mi departamento y me duche, me coloque el piyama y a dormir para el día siguiente, no empaque nada porque lo poco que llevaría ya estaba listo y cualquier cosa que necesitara en Sitka tenía todo lo necesario.

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