Capitulo 3:La historia jamas contada

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 Capitulo 3: La historia jamás contada

-Muchos conocen la historia oficial del desembarco de Normandía o el día D, como también se le llama. Pero yo te voy a contar la verdad sobre ese mismo día, o mejor dicho sobre aquellos 2 decisivos días –

4 de junio 1944

LONDRES, INGLATERRA.

Coronel Sanders:

Se le informa que alto mando nazi está preparando un bombardeo con armas de nivel nuclear. El mismo será llevado a cabo el día 7 de este mismo mes y será lanzado desde Normandía hacia gran Bretania con unos aviones messerschmitt con suficiente combustible para embolarse en alguna cede de gobierno que quede en pie luego del ataque.

Le ruego que envié todas las tropas disponibles hacia Normandía antes de la fecha acordada para el ataque.

Y si no es mucho pedir, me gustaría que la información transmitida sobre el material nuclear quede en total anonimato.

Firmado Sargento Philip Smith.

Esa carta la envié desde mi despacho en Berlín, por fortuna logre enviarla antes de que el mismísimo führer enviara asesinos de las SS a matarme.

Por suerte mientras estaba llevando la carta al correo me percate de la presencia de dos sujetos de raza aria que me seguían por las angostas calles que había elegido como ruta hasta el correo.

En el preciso momento en que me di cuenta de su presencia empecé a idear un plan. Este consistía en tratar de llevarlos hasta la casa segura que el ejercito me había otorgado por si la misión de infiltración fallaba. El problema era como llevarlos hasta la casa segura sin que se dieran cuenta, así que no se me ocurrió mejor idea que llevar mi mano hasta el quinto botón de mí sobre todo dejando libre así el acceso a mi pistola Ruger. Camine un par de cuadras mas hasta que devolví mi mano hasta mi cintura, pero esta vez para amartillar la pistola y dejarla lista para disparar, hice dos pasos largos, me pare en seco, inhale la mayor cantidad de aire que pude y saque mi pistola llevando la punta del cañon de la misma hacia la dirección en la que los dos soldados nazis se encontraban.

Al momento de apretar el gatillo yo ya sabía que no debía matarlos, mi objetivo era capturarlos con vida para sacarles la mayor información posible.

Realice 5 disparos en total, todos fueron al piso por lo que cuando note que ellos estaban por desenfundar sus armas salte por una ventana que daba a una especie de sotano que había a mi derecha, a la altura de mis rodillas. Yo ya sabía que la casa a la que había saltado era la del panadero del pueblo y que al igual que todos los domingos, estaría llena de harina de trigo que recién el lunes usaría para hacer el pan, así que utilice una de las bolsas para amortiguar mi caída. Espere hasta que los de la SS entraran a la casa para arrojar un buen puñado de harina para usarla como una cortina de humo para huir, rápidamente corrí hacia la cocina de la casa que comunicaba con la panadería y agarre una sartén que estaba colgando en la pared sobre el horno a leña. Cuando ambos soldados cruzaron la puerta yo estaba escondido detrás de ella esperando a tener la oportunidad de noquear a uno de ellos, y esa oportunidad no tardaría en llegar. Mientras ambos soldados daban vueltas alrededor de la isla de la cocina y abriendo las puertas de las bajo mesadas, uno de ellos se agacho dándome la espalda, en ese momento supe que debía salir de mi escondite y noquear al otro soldado.

Cuando salí de detrás de la puerta la azote al cerrarla haciendo que el soldado que estaba de pie se diera vuelta dejándome todo su mentón y nariz a descubierto, por lo que no dude en partirle la sartén entre ambos puntos.

El Pasado Hecho PresenteWhere stories live. Discover now