Elias Michaellis

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// créditos al diseño de personaje a @hatori010831 gracias //

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Un chico problemático que antes vivía en las lejanías del famoso pueblo de Onett, este le gustaba meterse en problemas con casi todos los que se encontraba de frente tenia una mala fama en ese entonces de pandillero, este chico vivía con sus padres  y era una persona diferente al entrar en su casa era una persona tranquila, educada dentro de lo que cabe y amable con su familia, era un cambio muy drástico, sus padres sabían que persona era allá afuera pero por alguna razón nunca les importo su reputación, estado, si volvía o no algo inusual en los padres.

Un día en su casa despertó se levanto de su cama y se fue a la cocina a comer lo que sea que encontrara en el refrigerador pero se encontró con su madre y le dijo amablemente - Buenos días madre - su madre le respondió - oh hola hijo.... ¿puedo hablar contigo? - el extrañado le dijo - claro.... es un poco raro que me digas eso pero bueno, dime - seriamente su madre le hablo - con respecto a lo de tu reputación no es que me importe la verdad pero, deberías para con ello no solo te traerá problemas a ti si no a nosotros en algún momento y es lo que menos queremos en este momento - Elias tomo un jugo que vio en la nevera le respondió - por favor no los meteré en problemas por eso aveces exageras mucho madre - riendo un poco y dejando el jugo en la mesa - bueno me voy otra vez adiós - entonces Elias salio por la puerta mientras su madre preparaba el desayuno para su marido y ella, entre suspiros se dijo ha si misma - supongo que no hará caso sobre esto como siempre - y siguió con su rutina.

Elias por mientras solo caminaba por las calles de ese pueblo amenazando a cada uno de los que se ponían delante de el, aun que eran pocos en si en su camino ya que muchos lo conocían, el que se atravesara en su camino recibiría una paliza solo por estar en el lugar en el que el camine, en la lejanía del camino de Elias se encontraba un hombre sentado en la banqueta, un hombre robusto vestido de pantalones negros con una playera  roja de manga corta, con un cigarro en la mano, en ello Elias le llega por espalda y le dice - Veo que no eres de por aquí - el hombre serio tomando el cigarro y sacando el humo mientras le habla a Elias - si ahora vete de aquí no estoy de humor para niñatos como tu - Elias enojado lo tomo de un brazo haciendo que tirase el cigarro de la mano haciéndole una llave al hombre mientras le decía serio - calma esas palabras, yo mando en este lugar idiota - en eso aplico mas fuerza y disloco el brazo del hombre y lo tiro al suelo, enojado el hombre agarrando el brazo lastimado gritándole a Elias - ¡No sabes en lo que te metiste idiota las pagaras muy caro¡ - en eso el hombre se fue del lugar sosteniendo el brazo lastimado, mientras que Elias solo lo veía alejarse y susurrándose -como si pudiera hacer algo, ese idiota - y siguió con su camino. Lo que el no sabia es que aquel hombre era uno de los ayudantes del líder de una banda de pandilleros que se ocultaban en alguna parte del pueblo de Onett.

Este hombre llego a la guarida de estos con el brazo aun lastimado uno de sus compañeros lo atendió acomodándole el brazo y poniendo unas vendas para reforzar este, de inmediato el líder se entero de esto y fue a ver a su ayudante, rápido le pregunto preocupado - ¿que fue lo que te paso? - el hombre sentado en una cama le dijo - fue un niñato afueras del pueblo que se creía el dueño del lugar o del pueblo lo que fuera, no sabe con quien se metió - el líder serio le hablo a uno de sus hombres pidiéndole un escuadrón de cinco personas - no te preocupes recibirá su castigo el peor de todos solo necesito que guíes a mis hombres, la sentencia sera la numero 10 - el hombre con una sonrisa le dijo - sera la 10 dalo por hecho jefe - los cinco hombres prepararon sus armas que solo consistían en palos y bates, también prepararon cloroformo y algunas bombas de gas etc, el otro hombre preparo su arma, una magnum de 44 milímetros dorada y la puso en su funda, ya tenían todo listo para el siguiente día que fueran a las afueras del pueblo.

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