Capítulo 2: EL GIMNASIO

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Salimos los cinco en dirección al gimnasio. Estaba a 300 metros escasos. Durante el camino, Ricky y Mimi empezaron a decir tonterías, lo cual hizo que los demás nos riésemos varias veces.
Llegamos al gimnasio y ahí estaban esperando dos chicas.
- ¡Hola chicas! - dijo Ricky. - ¿Listas para dos horitas de gimnasio?
Se abrazaron con las chicas y mi hermana me presentó.
- A ver, os presento, él es Agoney, mi hermano, y ellos son Mireya, Ana y Juan Antonio.- apuntó Glenda.
- Hola, encantada, yo soy Mireya- dijo dándome dos besos. Era alta, rubia y elegante pese a llevar un chándal.
- Ay, ¡Hola! Yo soy Ana, la novia de Mimi.- dijo una chica morena, más bajita, y con acento canario.
- Yo soy Juan Antonio, encantado.
- Encantado. ¿Eres canaria, Ana?
- Si, de Santa Cruz de Tenerife, cerquita de Adeje.
- Es caso vecina nuestra Agoney. - replicó mi hermana.
Presto, entramos al gimnasio. Era enorme, con tonos azules y algunos grises.
- ¡Rubio!- dijo Mireya, intentando llamar la atención del recepcionista.
- Hola chicos, esperad un segundo.- dijo ese chico rubio mientras apuntaba algo en unos papeles.- Ya si, ¿qué tal? ¿Venís con ganas?
- Muchas. - le contestó Glenda.- Mira, él es Agoney, mi hermano, es por si podías apuntarle en el gimnasio. Como Marina no puede venir por lo que te comentó, pues para que entre en su lugar.
- Ahh, perfecto. Dime tu nombre y tu edad favor.- dijo ese chico rubio, el cuál tenía un cuerpo musculoso aunque era un pelín más bajo que yo.
- Agoney...- aclaré un poco mi voz.- Agoney Hernández Morales, 18 años.
- Vaya, igual que yo. Entonces, ¿quito la matrícula de Marina y pongo la suya?-Los demás asintieron con la cabeza.- Vale, pues vamos a ver, como os dividíais en dos grupos, Mimi, Nerea y Ana, tomad vuestra ficha, ahora calentáis, y os metéis en Zumba, ¿vale?
- ¿Nos vamos ya?- dijo Mimi.
- Si, dejad las cosas en las taquillas y podéis empezar ya. Bueno, no me he presentado, yo soy Raoul.- dijo tendiéndome la mano aunque todavía seguía sentado. Yo respondí tendiéndole mi mano también para darnos un apretón de manos. A decir verdad, este chico parece muy guapo.
- ¿Y nosotros?- preguntó Ricky.
- Pues tomad, Ricky, Juan Antonio, Glenda y Mireya, calentáis y hacéis cardio. 20 minutos corriendo en la cinta y 15 en la elíptica. Y ya os vais a hacer ejercicios de espalda. Y tú, Agoney, vente conmigo, como es tu primer día vas a hacer algunos ejercicios más suaves que los demás. Esperad un segundo.- Raoul se levantó, fue hacia un compañero, y estuvo hablando con él. Pude ver en su camiseta negra ceñida, como era su nombre. Yo creía que era Raúl, pero no, es Raoul. Fue algo que me sorprendió. De repente, se giró y empezó a hablar.- Mirad, vosotros cuatro os vais con Carlos, que él va a ser quien os va a dirigir el entrenamiento, y tú, conmigo.
Los cuatros subieron unas escaleras y nosotros dos una rampa. Justo arriba, pude ver como una gran cantidad de máquinas se ponían delante de mis ojos.
- ¿Es tu primera vez en un gimnasio?- Me preguntó.
- Si, apenas tenía tiempo para hacer deporte.
- Pues aún así te mantienes muy bien.
- ¿Gracias?- respondí un poco extrañado, ¿qué insinúa?.
- Si, es raro ver un chico de tu edad, sin haber hecho apenas deporte, y estando así. Bueno,- desvió el tema, dado a que empecé a notar como se ruborizaba.- Cinta, Agoney. Agoney, cinta. Ya estáis presentados.- He de admitir que solté una carcajada porque me pareció gracioso, además, el muchacho está potente.- Súbete, yo me voy a poner en esta de aquí al lado, así hablamos para que no te sientas solo, que los primeros días de gym, si no tienes a alguien que te entretenga hace que te aburra. Como es tu primer día, hoy vas a andar, rápido, pero andar. Correr, otro día.
Raoul empezó a tocar unos botones y la cinta empezó a moverse. Yo empecé a andar. Él se subió a la máquina de la izquierda, le dio a unos botones y empezó a andar.
- Y tú, ¿a qué te dedicas?- Me preguntó.
- El lunes empiezo un grado en Moda y Diseño en una escuela de moda.
- ¡Ala! Que guay. Yo iba a hacer Turismo, pero al final he acabado haciendo Historia del Arte.
- ¿Y como lo compaginas con el trabajo?
- Bueno, yo tengo clase de 7 de la mañana hasta las 12. Cuando salgo me voy a casa, como mientras mi hermano está entrenando, y vengo aquí. Normalmente, estoy desde las 2 de la tarde hasta las 6. Y ya vuelvo a casa y me pongo a estudiar, hasta que llega la noche, y entonces ya a dormir.
- Vaya, tienes una agenda muy ajetreada.
- Mi suerte es que estoy soltero, si no me faltarían horas JAJAJAJA.
- Esa es la suerte de los solteros, que hacemos lo que queremos y cuando queremos.
- ¿Estás soltero?- Asentí con la cabeza.- Me extraña que un chico como tú no le lluevan las chicas.
- Bueno, digamos que no soy normal.- Raoul me miró extrañado.- Soy gay.
- ¿Y eso es no ser normal? ¡Si eso es lo más normal del mundo! Y más en esta época, antes quizá no, pero ahora si.
- Aun así, hay gente que no lo ve bien.
- De tontos está el mundo lleno. Ni caso, mientras seas feliz, tu vida es tuya y tú eres el único que debe decidir quien quieres que esté en tu vida y quien no, y si tú decides, que la persona que deba estar a tu lado es un chico, pues mira, ole por ti.
- Creo que es la primera vez que tengo este tipo de charla con una persona que no sea de mi familia o amigos.
- JAJAJA, eso es bueno, ya ves que no todos somos como esos tontos.- hubo un minuto de silencio entre ambos.- Además, hay varias cosas de mi que todavía no sabes. Poco a poco lo irás sabiendo.


El tiempo de gimnasio transcurrió rápido, no se si fue por que me gusta, o si también por que es mi primer día, o si es porque tengo a Raoul como entrenador. Me comentó varias cosas, como, por ejemplo, que su hermano es jugador de fútbol en un equipo de Tarragona y que él es entrenador de un equipo femenino de fútbol sala en su pueblo.
Llegue a mi vestuario, y allí estaban Ricky y Juan Antonio.
- ¿Cómo ha ido tu primer día, Ago?- Me preguntó Ricky.
- Mucho mejor de lo que creía que iba a ser.
Me quité la ropa, me duché, y me cambié. Salí, me peine, y salí fuera. Allí estaban Nerea, Juan Antonio y Mireya.
- Agoney, ¿puedes venir un segundo?- dijo Raoul.
Me metió en un despacho pequeño.
- Qué te iba a decir si quieres venirte esta noche a darte una vuelta conmigo y unos amigos.
- No lo se, a lo mejor ellos tienen algún plan y puede que vaya.
- Toma, este es mi número de teléfono,-dijo dándome un papel pequeño con su número- con lo que sea me avisas. Esta noche ceno en casa de mis vecinos, cuando termine, si me dices si, te recojo y nos vamos.
Salimos de allí y ya estaban todos. Glenda y Nerea me vieron doblar el papel y metérmelo en el bolsillo del pantalón, lo que hizo que me mirasen raro.
Nos fuimos los 8, Ricky les propuso a Ana, Juan Antonio y Mireya venir a nuestro piso y comer juntos.
Los 8 íbamos tan felices por la calle dirección al piso, cuando Nerea y Glenda se engancharon de un brazo cada una.
- Cuenta, ¿que ha pasado?- dijo Nerea.
- ¿Qué ha pasado de qué?
- Entre Raoul y Tu, no te hagas el sueco.- dijo mi hermana.
- Nada, hemos estado hablando y tal.
- ¿Y el papel ese?
- Bueno, me ha dado su número de teléfono para salir esta noche.

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