Mario me dejó en sola, en la habitación había una ventanita por la que me asomé para verlo probablemente por última vez. La estúpida de Regina vió que me asomé y besó a Mario como si fuera la última vez, Mario la besaba con asco, de hecho cuando pararon escupió, a lo que Regina le respondió con una cachetada.
Al ver ese beso Regina logró lo que quería, me sentí un triste gusano.
A los 5 minutos de este triste acontecimiento llegaron los guardias y me sedaron ¡Maldita sea no recuerdo nada más!Al despertar estaba en una recámara, me levanté y empecé a pasearme desesperadamente por ella ¡era enorme!
Había un baño completo, una cama matrimonial, una terraza dónde al azomarte te da vértigo, dos burós a lado de la cama, una mesa de centro, un canapé gris, un armario con ropa, zapatos, accesorios, artículos de limpieza personal, también tenía una pc de apple, una televisión y había una nota encima de una caja que parecía de regalo, esta decía:
Isabel:
Sé que te será difícil acoplarte a tu nueva vida, sin embargo, me niego a pensar que harás las cosas mal. Debes entender que ahora eres mía y de nadie más. No salgas de esta habitación hasta que yo llegue.
Atte.
Eloy.¿Eloy? ¿Quién se cree ese para decir que soy suya? ¡Que se vaya al demonio! Cuando el llegue yo ya no estaré aquí, ¡no importa lo que deba hacer!
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¿Me amas?
Non-FictionLa constante pregunta en una relación. Aunque no solo sea en una relación... Y su respuesta siempre ha sido y será... NO