-Bien Lewis, un gusto, soy Ava. -Tal vez sólo sujeto esa mano un par de segundos, máximo 15, pero ella sintió que fue toda una hora, su piel se erizaba y sus manos sudaban dando esto a la decisión de soltarlo y agacharse a tomar sus pertenencias que dejó caer a propósito al suelo antes de golpearlo.- Adiós.El chico de barbilla partida soltó una sonora pero corta risa y se aproximó a seguirla hasta las puertas que daban salida al exterior.
-Qué conste que no te estoy siguiendo, vamos al mismo lado, hacia la salida, y puedo acompañarte, además, tardarás horas en tomar un taxi. Déjame llevarte, será más seguro.
El corría tratando de seguir el paso veloz de Ava que sólo se detuvo estando afuera, hizo una notoria cara de inconformidad y una vez más lo miro a los ojos.
-No voy a subir a ningún lado contigo, hasta donde sé; podrías ser un acosador o un secuestrador, ninguna me conviene, esperaré el taxi. Además genio, olvidaste tus maletas adentro.- Señaló con su vista las manos del joven y por primera vez expresó una sonrisa genuina y bella. Lo había hecho palpitar.
-Podrías estar horas esperando un taxi, también podrías llamar un Uber, pero no encontrará lugar para estacionar y te va a cancelar. -Le regreso la sonrisa.- va a sonar mal, pero déjame llevarte, mi chofer recogió mis maletas mientras iba a querer conocerte mejor, si vienes conmigo habrá un testigo, si te quedas aquí llegaras a tu destino hasta la noche ¿Qué eliges?
Por la mente de cualquier chica pasarían dos cosas, amabilidad o manipulación. Lo peor de todo es que el aparentaba ambas cosas y a ella le costaba mucho analizar que tipo de persona era ese desconocido. Subir a un auto con dos extraños siempre era el inicio de una película de terror o asesinato, sin contar posible violación, a eso hay que agregarle que es una extranjera y escritora, se debería recordar el libro You del 2014 donde la pobre e inocente protagonista cae en la amabilidad de un desconocido y se enamora. Spoiler alert, es estrangulada hasta la muerte, pero ojo, se vuelve famosa.
-Bien, dejaré que me lleves a mi edificio, o a la calle de este, me dejaran en la universidad City College y vas a ir enfrente con tu chofer, muy lejos de mi.
-Eres muy desconfiada, podría ser el amor de tu vida y tu rechazándome sin conocerme... Es un trato, iré enfrente, pero te dejaremos una calle antes de tu hotel.
Era muy insistente, tanto que podría llegar a ser molesto. ¿El amor de su vida? Nada que ver, ella buscaba algo mas como Jacob de Twilight, obvio quitándole lo pedófilo o como Neville Longbottom, algo mas tierno, y este chico representaba todo lo contrario. Aceptó ese viaje, si bien podría seguirla al edificio, jamás encontraría su apartamento o no la forma de entrar. Esto empezaba a convertirse en una mala idea.
Tres desconocidos en un auto en completo silencio, tal vez se escuchaban las respiraciones y el miedo de Ava la hacía escuchar el propio latido de su corazón, estaba aterrorizada, pero no lo aparentaba, creía que era lo mejor para su seguridad.
-¿Me dirás tu edad o me harás adivinar hasta que me gane un golpe por aparentar que eres muy vieja o muy joven? Yo ya tengo la mayoría de edad, 21, pero en diciembre cumpliré los 22, así que si, soy joven. Y para esta época, sin hijos. -Se giró a verla y le levantó una ceja en forma de coqueteo, mas directo no podía ser.
-Tengo 19 años. -Se limitó a responder, no se sentía segura hablando de su vida en general, pero era amable y si el se tomaba la molestia de llevarla, lo mínimo que ella podía hacer era responder.- ¿A que se debe la pregunta?
-Soy curioso con las chicas lindas que me golpean sin razón, por cierto, eres en verdad joven, aquí ya puedes votar, pero no puedes tomar alcohol... Aquí viene otra pregunta ¿Viaje de negocios o placer? Yo estuve en Londres por placer, me gusta en estas épocas.
Extrañamente le parecía gracioso a Ava cómo el mismo respondía sus preguntas, como si quisiera lograr algo, no era un coqueteo, sólo buscaba entrar en confianza y lo estaba logrando, aunque eran pasos muy pequeños.
-Estudios y trabajo en realidad. Me mandaron de intercambio por mi excelente historial académico, sin duda que me ofrecieron una pasantía en un periódico, lo primero que haré para ganar mi lugar será entrevistar una banda en ascenso. Alone creo que se llaman, es algo pequeña y poco conocida, pero por algo se empieza, ademas que estaré de intercambio todo el semestre, suficiente tiempo para conseguir mejores oportunidades.
-Vaya sorpresa la tuya, no sólo te topaste con un chico lindo y amable que te esta llevando a tu misterioso destino, también conozco a la banda, somos amigos de años y la empresa de mi padrastro los representa, si tu lo pides, puedo conseguirte algo más personal con ellos, sólo tendrías que darme tu número y dejarme acompañarte hasta la puerta de tu edificio o habitación.
Y aquí estaba de nuevo, el chico manipulador y amable, sólo faltaba que le pidiera un beso y el color de sus pantaletas para cerrar el trato. Si esto era cierto podría conseguir mas tiempo para la entrevista y algo mas privado, pero algo no cuadraba, esta vez Lewis se notaba molesto, incluso incómodo con esto, podría ser mentira. La balanza no se inclinaba a un sólo lado, era terrible.
-Esta bien, es un trato, sólo quiero mas tiempo con ellos y algo privado, también poder entrevistarlos de manera individual.
-Por una cena solos los dos conseguiré que te escriban una canción.
Asintió aceptando el trato, firmando con el mismo diablo. Ahora quería verle el lado positivo, si esto salía bien podría graduarse con honores y no hacer tesis y en el mejor de los casos conseguir un buen trabajo al graduarse; tener un conocido en la ciudad ya no se veía tan mal ahora. Por el otro lado Lewis estaba dispuesto a romper su orgullo por ver mas veces a esa linda chica, por tenerla cerca y disfrutar de su voz, con suerte hasta de sus labios o mínimo su sonrisa.
El auto estacionó en el lugar antes indicado, pero los planes habían cambiado. El chofer avanzó hasta un pequeño edificio de máximo 7 pisos, parecía mas un hotel de solo 2 estrellas, ni siquiera sobresalía entre los enormes edificios que lo rodeaban. Ava cumplió la otra parte de el trato dejando que Lewis la acompañara hasta la puerta de su habitación, ademas le entregó una tarjeta con su número, el haciendo lo mismo.
-Esperaré tu llamada para confirmar que hayas cumplido tu parte del trato, de lo contrario ni siquiera marques el número.
Ella entró cerrando la puerta poniendo seguro, Lewis cerró el puño y suspiro pesado pensando como lograría conseguirle eso a esta chica, que ahora se había convertido en su nueva obsesión.
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Entre verdades y mentiras
RomantizmAceptar un intercambio estudiantil al otro lado del mundo es lo último que queda cuando tu maestro favorito fállese y esa era su última voluntad, que pudieras explorar todo, sin contar que te abría la puerta a la experiencia de tu trabajo de en sueñ...