Capítulo 4

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24 de enero del 2017

Lewis miraba atento el techo de su casa, debía levantarse en exactamente 12 minutos, pues debía verse con su padrastro. El tenía una agenda muy ajustada pero siempre buscaba un espacio para ver a su hijo aunque fueran 15 minutos, ni uno más, aveces de preferencia uno menos.

Finalmente decidió levantarse 6 minutos antes de lo planeado y comenzó a arreglarse para ver a su padrastro. La relación con el era un tanto confusa.

El padre biológico de Lewis había fallecido días antes de que su mujer le dijera que esperaba un hijo suyo; y la señora temerosa de tener un hijo ella sola, en un tiempo donde el aborto era peor visto que hoy en día, decidió casarse con un hombre americano. Esté le insistía casi diario por su atención, este hombre era el señor Cooper, un hombre 7 años mayor que la madre y estéril, por lo cual que la mujer que tanto amaba estuviera embarazada fue como un regalo.

4 meses después de la boda; Lewis llegó a este mundo un 26 de diciembre en México, en la bella capital CDMX, un hermoso regalo de navidad para el señor Cooper que por amor a esas dos personas, decidió quedarse en México... Mala idea, pues ese mismo mes, un 31 de diciembre, la madre empacó sus cosas y se fue sin decir nada o despedirse, abandonando a su pequeño de días y su no tan amado esposo.

Desde ese día el señor Cooper decidió cuidar y criar el solo a su pequeño, se mudó a Los Ángeles donde abrió su propia discografía con años de esfuerzo; y decidió no mentirle ni una sola vez a su hijo, tampoco le negó nada, le daba todo lo que quería, incluso más de lo que necesitaba; Lewis admiraba a su padrastro y deseaba poder llamarlo padre, pero algo profundo se lo impedía, tal vez era el pensamiento de su padre biológico que murió sin saber de él. (La mujer que le dio la vida no merecía reconocimiento.) Pero quién se fue sin saber la verdad merecía un perdón, y su lugar. El señor Cooper lo entendía y lo aceptaba, en el fondo sabía que para Lewis si era su padre.

Mientras arreglaba su corbata frente al espejo, el sonido de una llamada acabó con el silencio de la habitación, contestó sin ver quien era y con la voz más amarga que pudo habló.

-Son las 7 de la mañana ¿A que se debe está llamada?

-Buenos días Jane-Baptiste, quería saber si todo está listo para mi entrevista, está muy cerca y yo en verdad deseo conocer a los chicos en persona para empezar con mi proyecto. -Esa dulce voz calmó la actitud del chico y sonrió al espejo como si hubiera escuchado la mejor noticia del mundo, aunque solo fuera la voz de esa chica que tanto anhelaba tener.- ¿Sigues ahí?

-¿Jane-Baptiste? Ojalá pudiera sentir tu aroma natural a metros y metros de distancia de ti. -No pudo evitar volver a sonreír al escuchar la risa de la chica.- Ya casi esta todo listo, hablé con ellos y están ansiosos de poder conocer a la futura señora Cooper.

-Soy más el tipo de chica que conserva su apellido, Baptiste, además que no suelo robarles el apellido a chicos que me invitan un café, es tan vulgar y descortés.

-¿Que te parece si nos vemos y te ayudo a formar las preguntas? Si tienes suerte te podrías encontrar con los chicos antes de hacer la entrevista y así ya están más en confianza contigo.

-Es una buena idea, pasa por mi a las 12:00. Si llegas tarde lamento decirte que perderás la oportunidad de verme.

Antes de dejarlo responder ella ya había colgado y el había quedado más enamorado, cada vez la conocía mejor y parecía que ella se soltaba más en confianza, ahora estaba más listo para hablar con su padrastro y pedirle esos diminutos-grandes favores.

7:42 y Lewis subía corriendo las escaleras de la salida de emergencia porque el ascensor no servía, y el debía estar puntual en la oficina. Al estar en la puerta la abrió mientras trataba recuperar su energía y viendo el reloj.

-45, genial, tienes 15.

-Señor, necesitaré más de 15 minutos, por favor, me fui casi dos meses, quiero hablar contigo de muchas cosas ¿No podrías tomarte un descanso? Desayunar juntos, por favor.

El señor Joan miro su reloj con el semblante serio como si al instante fuera a decir que no, pero se levantó tomando su abrigo y sonrió alegre.

-Vamos hijo, creo que puedo tomarme más de 15 minutos para escucharte.

Habían llegado a una linda cafetería, las paredes eran amarillas con decoraciones café, Lewis se sentía en el interior de un pudín, el color incomodaba en todo sentido y era muy fuerte para sus ojos, pero parecía gustarle a su padre.

Lewis habló sobre su viaje y casi todo lo que hizo y a donde fue, incluso le habló sobre la linda chica que el había seguido por todo el aeropuerto y cambió sus vuelos a clase turista, incluso llegando a cambiar con un señor de la tercera edad para poder tomar su asiento hasta el final del avión. Finalmente llegó a la parte donde se arregló con sus amigos, lo cual el señor esperaba las nuevas peticiones que seguro haría su hijo.

-No puedo conseguirles una casa a todos y tampoco les daré otra sala de grabación, esos recursos están destinados para artistas más relevantes, no, ni lo sueñes.

-Pero viven en una casa diminuta donde apenas y tienen espacio para el sillón y la batería, ellos son relevantes, tienen talento nato solo que no les das la oportunidad de demostrártelo. Estoy con ellos desde que tenían 13 y usaban las cacerolas de la mamá de Jackson, tú le diste su primera guitarra a Vladimir y le pagaste clases de canto a Jackson, estuviste cuando Aiden se rompió la mano al forzarse tocando la batería y cuando Naim rompió las cuerdas de su bajo, tú le compraste unas nuevas, cuando me pelee con ellos y te lo dije, vi tu rostro de tristeza, los consideras como hijos así como yo los considero hermanos y ellos a ti un padre.- Y aquí estaba de nuevo, esa gran forma que tenía de manipular a las personas dándoles donde más los conocía, en sus más puros sentimientos, tal vez era egoísta de su parte utilizarlo en su contra, pero imaginar la felicidad de esa chica le llenaba el corazón de alegría.- Vamos Joan, por favor, sabes que ellos lo merecen y te necesitan para cumplir sus sueños.

El señor Joan Cooper suspiro cruzando sus brazos, parecía analizar cada palabra de su hijo y lo conocía muy bien, sabía como empezaba su forma de manipular a la gente, pero le era imposible decirle que no.

-Esta bien, mandaré a alguien que compre la casa hoy mismo y alguien para la mudanza a ambos apartamentos y haré un nuevo horario para darles la cabina de grabación a demás de una oportunidad para un álbum completo.

Y ahí estaba la satisfacción de obtener siempre lo que quería, ahora solo quedaba llevar a cabo su plan de presentarles a la chica de sus sueños y hacerle creer que siempre fueron amigos y nunca hubo ningún problema de por medio.

El desayuno terminó de una forma excelente, el señor Cooper se fue a la oficina y Lewis fue a su apartamento a empacar todas sus cosas hasta que las 11 de la mañana llegaron, se quitó la corbata y la lanzó sobre la cama, desabotonó uno a uno los botones de su camisa y finalmente dejó caer esta dejando ver su pecho donde en su pectoral izquierdo tenía tatuado una marca de protección que sacó de Supernatural, su serie de ficción favorita. Se colocó una camisa color verde lima un color que odiaba, pero combinaba con el color de uñas que Ava usaba y es que parecía que cualquier cosa le recordaba a ella.

Estuvo desde las 11:50 afuera de la puerta de la chica esperando a que fueran las 12 para poder tocar, no quería hacerlo antes por que no quería verse muy desesperado... Algo muy irónico; de pronto vio la perilla girarse y trató de huir para no ser visto o mínimo que pudiera simular que apenas iba llegando.

Entre verdades y mentiras Donde viven las historias. Descúbrelo ahora