Un paseo por el parque.

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Ulquiorra.

La había visto minutos atrás, lo estaba observando y le sonrió, pero él no lo hizo de vuelta. De momento se sintió un poco mal, pero esa sensación desapareció cuando Grimmjow empezó a molestarlo como todos los días desde que salvó a la pelirroja.

— ¿En qué piensas, macho? — Preguntó burlón el de pelo azul — ¡De seguro en esa tal Orihime! — y seguido de eso le dio un zape en la cabeza, provocando que Ulquiorra por poco y trastabillará.

— Grimmjow — pronunció amenazadoramente Ulquiorra — Algún día te masacraré — advirtió Ulquiorra bufando y siguió caminando hasta adentrarse en su salón de clases.

Escuchó a Nel regañar a Grimmjow a la lejanía. Ojalá pudiera matarlo.

~

Cerró la puerta de un golpe y entró arrastrando los pies por la alfombra. Dejó su mochila en unos de los sillones de la sala y se dirigió directamente a la cocina por un vaso de agua.

Era un viernes por la tarde y estaba muy aburrido –algo natural en él-, así que se entretuvo leyendo un libro un rato, hasta que recordó que la chica esa, Orihime, le había dado un pastel y este de seguro ya estaba todo apachurrado en su mochila, pero al sacarlo, vio que estaba más o menos aceptable.

Por un momento, pensó en dárselo a Sally, su vecina de 6 años que siempre lo saludaba al verlo pasar, pero entonces pensó en el esfuerzo que de seguro hizo la chica y le dio lástima despreciarlo así cómo así, entonces, decidió comérselo.

Se sentó en uno de sus sillones y abrió el paquete. El pastel era de tres leches, con glaseado de vainilla y chocolate por encima. Tenía una carita feliz en el centro con glaseado de fresa. A simple vista el pastel se veía delicioso, pero Ulquiorra no era fan de los dulces, así que tomando un tenedor, lo comió de a poco hasta acabárselo. Tampoco es que estuviese tan grande, sino de un tamaño aceptable para una sola persona, y la verdad es que había estado bueno.

Se levantó y tiró el paquete donde venía a la basura, para después arreglar sus cosas que estaban esparcidas en el sillón.

El pelinegro vivía sólo desde la edad de 17 –ahora tenía 18- años con la autorización de sus ocupados padres, por supuesto. No se quejaba de nada, pero a veces estar tan solo en ese gigantesco apartamento lo hacía sentirse más solitario de lo que ya era, y lo cierto es que a raíz de empezar con su independencia –que no podría ser independencia ya que sus padres le depositaban una cantidad de dinero cuantiosa cada dos semanas- su carácter se había moldeado hasta tal punto de ser tan “amargado” como diría Grimmjow.

¿Pero qué podría hacer? Se había vuelto así y tampoco es que quisiera cambiarlo.

Horas más tarde, después de cansarse de pasarse la tarde, casi noche de un viernes, encerrado, decidió salir a caminar un poco, algo raro el él, pero ese día particularmente se sentía aburrido, y quedarse en su departamento aplastado como una ostra no sonaba para nada atractivo.

Pensó en llamar a Grimmjow, pero entonces reflexionó que podría estar ocupado con su novia Nel haciéndole la vida más feliz –sarcasmo por aquí- y decidió salir solo.

La tarde estaba anaranjada, por así decirlo, y en pocas horas habría desaparecido para darle paso a la noche. Caminó tranquilamente unos cuantos minutos hasta llegar a un parque.

Conocía ese parque, había venido unas pocas veces con sus padres cuando era un niño apenas.

El Parque River era uno de los parques más bonitos que había por esos rumbos. Había una gran fuente que adornaba el centro de este con forma circular y con unas figuras de pescados saltarines y muchas flores alrededor de dicha fuente. El pasto que se cernía en el parque era de un hermoso verde y había bastantes árboles y flores también. Los niños a esas horas estaban muy activos con los juegos infantiles que se encontraban en el parque y algunos correteaban con sus bicicletas, patines, patinetas, y esas cosas.

El viento estaba bastante cálido y, a diferencia de días anteriores, por suerte no llovía y no era necesario llevar suéter para salir.

Ulquiorra caminó hasta una de las bancas que se situaban alrededor de la fuente y se sentó tranquilamente.

Observó todo a su alrededor; los niños jugando, las parejas enamoradas pasando felices, las familias numerosas reunidas por ahí y a la pelirroja paseando a su gato.

Esperen.

¿La pelirroja?

En efecto, ahí estaba. Llevaba abrazado a su pecho un gato regordete de color atigrado de un tamaño aceptable. Iba vestida casualmente, con un vestido de color lila de mangas por debajo del hombro que le llegaba hasta un poco más abajo de las rodillas y unos zapatos de suelo color blanco.

Su cabello, el cual se veía aún más rojo bajo el atardecer que se cernía en el parque estaba amarrado en una coleta alta junto a un listón.

La chica, Orihime, iba caminando por una banqueta rodeada de flores de distintos colores y tipos, dándole la vuelta al parque.

Ulquiorra se quedó atascado con su vista fija en ella, no podía apartar la mirada de ahí, para ser sinceros.

Pensó que esto era solo una mera coincidencia porque era uno de los parques más visitados y que ella estuviese ahí no era nada especial.

Como si Orihime fuera consciente de que la estuviesen observando, volteo su cabeza hasta encontrase de lleno con la mirada de Ulquiorra clavada en ella. Sus orbes grises se abrieron al reconocerlo y él sólo se quedó estático ante ella.

Pudo notar que la chica apresuró un poco el paso, hasta llegar cada vez más cerca de él, hasta estar parada frente a la banca en la que él estaba sentado.

Una sonrisa vislumbraba en su estilizado y un poco regordete rostro. Sus ojos brillando por el reconocimiento. Su cola de caballo revoloteaba por atrás gracias al viento y algunos mechones de cabello suelto también lo hacían frente a ella.

Genial. ¿Y ahora qué?

— Hola, Ulquiorra — saludó ella con la sonrisa plasmada aún en su cara.

Ulquiorra por alguna extraña razón no podía contestar.

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¡Hola! ¿cómo están? :DDDDD.

Pus aquí lo prometido es deuda. Dije que subiría ayer u hoy, entonces, como no pude subir ayer -porque me dio flojera xDDDD, nah- les traigo dos capítulos para hoy, espero que les gusten.

No los hice tan largos, pero creo que el hecho de que son dos capítulos lo recompensa, ¿no? :))).Ya, entonces aquí me despido, pero me tendrán mañana igual, sí es que puedo, subiré otro capítulo porque amo los fines de semana y tengo bastante tiempo libre para escribir, amor eterno a los fines de semana <3333.

También les quería agradecer por las más de 100 leídas y 15 votos, en serio, muchisímas gracias :'D, me hacen el día. Inicialmente pensé que nadie leería la novela -más que mi hermana xD- y es por eso me sorprende ver tantas leídas, bueno, al menos para mí son tantas u_u.

Bueeeeeno, me despido y les mando abrazos psicológicos aplastantes con mucho love<333.

Pray; UlquihimeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora